MADRID. Según los datos del estudio, elaborados a partir de entre 500 y 1.000 entrevistas en cada uno de los 24 países, España está a la cola de la felicidad, sólo por delante de Hungría (53 por ciento).
Los españoles con altos ingresos son más felices (79 por ciento) que los que tienen ingresos medios (63 por ciento) o bajos (55 por ciento).
De los que piensan que la economía va bien, el 93 por ciento señala que es feliz (el porcentaje más alto del mundo, según la encuesta), en tanto que de los que afirman que la situación económica del país es mala sólo lo es el 57 por ciento.
Esa brecha del 37 por ciento entre unos y otros es la más alta a nivel mundial, según Ipsos.
La media europea de ciudadanos que dice ser feliz se sitúa en el 73 por ciento, con los suecos a la cabeza, seguidos de los belgas (82 por ciento), británicos (80 por ciento), franceses (79 por ciento), alemanes (77 por ciento) e italianos (69 por ciento).
A pesar de estos datos, los resultados de España son positivos, ya que el porcentaje del 59 por ciento que asegura que es feliz es más alto que el de 2012, que era del 50 por ciento.
La edad también importa a la hora de ser feliz: los menores de 35 años lo son más (68 por ciento) que los de edades comprendidas entre 35 y 49 años (52 por ciento) o los mayores de 50 (52 por ciento).
Además, de los resultados del estudio se desprende que existen diferencias en cuanto al género, ya que las mujeres son más felices (63 por ciento) que los hombres (54 por ciento).