Vaticano. El Papa Francisco I sigue dando muestras de su personalidad. Sobre todo, después de que ayer bautizase a 32 niños en la capilla Sixtina con motivo de la celebración del bautismo de Jesús entre los que estaba Giulia, una niña de siete meses, hija de una pareja italiana casada por lo civil.
La circunstancia de que los padres no estén casados por la Iglesia no fue un problema para el Papa argentino que accedió a bautizar a la pequeña el pasado 25 de septiembre, cuando ellos mismos se lo pidieron durante la audiencia general de los miércoles.
El padre, Ivan Scardia, y la madre, Nicoletta Franco, son ambos militares en la localidad toscana de Grosseto (centro) y tienen otra hija, Giorgia, de cinco años. Scardia explicó a los medios italianos que hubo "un pequeño problema" al inicio cuando se enviaron los documentos al Vaticano y se supo que no estaban casados por la Iglesia, pero "que se resolvió" rápidamente.
La tradición de bautizar niños en la capilla Sixtina para recordar el bautismo de Jesús la inauguró Juan Pablo II y generalmente son hijos de residentes o empleados de la Ciudad del Vaticano. Se trata de los primeros bautismos de Jorge Bergoglio como pontífice, aunque no es la primera vez que vuelve a la Sixtina tras su elección, ya que el día después, el 14 de marzo, ofició rodeado de los frescos de Miguel Ángel una misa con el resto de cardenales que participaron en el cónclave.
Durante la ceremonia, caracterizada por su tono relajado, el pontífice dio incluso permiso a las madres para que den el pecho a sus hijos dentro del adoratorio. "Si los niños tienen hambre, madres, dadles de comer sin pensarlo dos veces, porque son las personas más importantes que se encuentran aquí", declaró. A diferencia de sus predecesores en eventos de este tipo, Francisco evitó dar una larga homilía e improvisó un breve discurso sobre la infancia. "Tenemos aquí un coro con nosotros, pero el coro más hermoso es el de los niños que hacen ruido. Algunos lloran porque no están cómodos, otros porque tienen hambre", dijo a los padres, a quienes pidió que no se sientan intimidados por los espectaculares frescos de Miguel Ángel.
El Papa recordó a los progenitores que tienen que trasmitir la fe a estos niños, porque esa es "la mejor herencia". "Estos niños son el anillo de una cadena. Ustedes traen a estos chicos para el bautizo, después de unos años, ellos traerán un hijo, o un sobrino a bautizar y ésta es la cadena de la fe", señaló el pontífice.
NOMBRAMIENTO El Papa Francisco anunció ayer durante el rezo del Angelus en la Plaza de San Pedro el nombramiento de 19 nuevos cardenales, entre ellos al arzobispo emérito de Pamplona y Tudela Fernando Sebastián Aguilar. Con la designación de Aguilar, de 85 años, la representación del Estado español en el colegio cardenalicio es de 10 purpurados.
Sebastián, que fue nombrado obispo en 1979 por el Papa Juan Pablo II, fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española en los periodos 1993-1999 y 2002-2005 y secretario general en 1982-1988, según una nota de la institución.