MADRID. La prolongación de la crisis en 2013 ha recrudecido la situación de muchas familias en el Estado que viven ya en situación de pobreza severa, cerca de tres millones de personas que cuentan con menos de 307 euros al mes, que difícilmente sirven para hacer frente a sus necesidades más básicas. Aliviar esta situación será uno de los grandes retos que tendrá por delante el Ejecutivo de Rajoy para 2014 ante la constatación, en varios informes presentados a lo largo del año, del empobrecimiento de la población en España, donde la infancia es uno de los colectivos más vulnerables, al sufrir muchos de los menores carencias en la alimentación y en su día a día escolar.
Desde los centros educativos se ha confirmado el aumento de niños que llegan por las mañanas sin desayunar, la impotencia de familias que no han podido comprar libros y material escolar o que no pueden pagar las excursiones o las clases extraescolares. De hecho, el 70% de las familias que acuden a Cruz Roja para solicitar ayuda no puede garantizar la alimentación saludable que sus hijos necesitan a causa de la situación crítica que atraviesan por la crisis económica. Unicef estima, en su último informe publicado el pasado mes de octubre, que en España unos 2,2 millones de niños vivían en 2011 por debajo del umbral de la pobreza, 80.000 niños más que en 2010. Pero la crisis también ha disparado la solidaridad de la sociedad, sobre todo ante los llamamientos de recogida de alimentos y uno de los ejemplos que refleja cómo se vuelcan los ciudadanos con los más necesitados son los 14 millones de kilos de comida que el Banco de Alimentos recogió en un fin de semana, gracias a la ayuda de 84.000 voluntarios.
Y es que colegios, hospitales, parroquias y centros cívicos se han convertido en lugares de intercambio de solidaridad ante las difíciles situaciones que pasan millones de hogares. Son los mayores los que suponen un pilar básico para sostener a los más necesitados. La mitad de las 360.000 personas mayores atendidas por Cruz Roja se encuentra bajo el umbral de la pobreza, pero, y a pesar de que un tercio de ellos no pueden encender la calefacción ni una hora al día, son los primeros en ayudar a su familia.
Para tratar de paliar la situación, el Gobierno, a propuesta del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, aprobó el pasado 13 de diciembre el Plan Nacional de Acción para la Inclusión Social 2013-2016, que integra todas las políticas de lucha contra la pobreza y la exclusión social. Las medidas están vertebradas en tres ejes: impulsar la inclusión a través del empleo, garantizar un sistema de prestaciones económicas y de servicios públicos básicos, según explicó la ministra Ana Mato. Con el objetivo de erradicar la pobreza infantil, el Plan contempla un fondo extraordinario de 17 millones de euros y se ha puesto en marcha un plan de urgencia social de 20 millones de euros para situaciones "de extrema necesidad".