Gasteiz. La balanza se inclina cómodamente y de forma contundente hacia la autonomía y la independencia. Ocho de cada diez personas mayores de 65 años así lo cree. Prefieren envejecer en sus casas manteniendo sus rutinas, su ambiente. Su vida, en definitiva. No quieren ingresar en una residencia o en un piso tutelado. Son más partidarios de afrontar su destino entre las cuatro paredes que les han visto crecer, ya sea con o sin necesidad de ayuda de profesionales o de familiares, pero ejerciendo siempre su autonomía y, de paso, su poder de decisión y elección sobre las circunstancias que rodean su existencia.
Para dar respuesta a esa necesidad, el Gobierno Vasco puso en marcha hace un par de años el proyecto piloto Etxean Ondo, un modelo de cercanía destinado a mejorar la atención domiciliaria, la inclusión y la participación comunitaria tanto de las personas mayores como de aquellas con alguna discapacidad en el que trabajan mano a mano un buen puñado de especialistas formados en temas de salud y de servicios sociales. Así lo manifestaba la directora de Servicios Sociales del Gobierno Vasco, Lide Amilibia, quien confiaba en que este modelo de atención pueda ser extendido, con el tiempo, al conjunto de Territorios Históricos y municipios de la Comunidad Autónoma Vasca.
"Lo importante es que se está implantando un nuevo paradigma, una nueva forma de trabajar, que supone la coordinación entre sistemas de servicios sociales y de salud, pero sobre todo, centrando la atención en la persona con un plan de actuación individualizado y basado en sus necesidades", expresaba en declaraciones a DNA.
La primera experiencia en domicilios se ha acometido en Gipuzkoa, en cinco localidades: Donostia, Zarautz, Tolosa, Oiartzun e Irun, desde el último trimestre de 2011 hasta abril de este año 2013. A la par, se desarrolló un proyecto piloto de Etxean Ondo en tres residencias cuyo titular es la Fundación Matía -localizadas también territorio guipuzcoano- en las que se implantó el mismo modelo de atención centrada en la personas "y se logró lo que se pretendía: crear un ambiente similar al de un hogar -por ejemplo instalando una cocina donde los internos pudieran prepararse sus alimentos-, evitando así ambientes demasiado institucionales en que la vida discurre en función del trabajo a realizar en vez de en torno a las necesidades, intereses de las personas residentes", describía la directora de Servicios Sociales.
Un planteamiento que corroboraban desde la Residencia Lamorous, en Donostia, una de las primeras en asumir esta nueva filosofía de mejora de la calidad de vida y del bienestar denominada por los expertos housing. "Consiste en que los residentes realicen las tareas de la vida misma, como cocinar o poner la lavadora; es decir, trabajar lo cotidiano como terapéutico. Y desde el primer momento se les aprecia otra disposición a los residentes. Se nota que están a gusto, sonríen e interactúan mucho más con los compañeros, con los trabajadores y con sus propias familias", indicaban sus responsables.
El último ejemplo, en Araba Más recientemente, hace apenas un par de semanas, el espíritu que caracteriza a la iniciativa Etxean Ondo se ha extendido a tierras alavesas, donde se está reproduciendo el exitoso modelo desarrollado en Gipuzkoa. De un lado en domicilios, concretamente en los diez municipios que conforman la Cuadrilla de Añana (Salinas de Añana, Armiñón, Berantevilla, Iruña de Oca, Kuartango, Lantarón, Ribera Alta, Ribera Baja, Valdegovia y Zambrana); y por otro, en dos pisos forales para personas con discapacidad intelectual.
En total, concretaba Amilibia, 290 personas en territorio guipuzcoano y otras 150 en Araba, "a lo hay que sumar un buen número de personas a las que se está aplicando el proyecto en servicios residenciales para mayores y para personas con discapacidad", precisaba. El proyecto de atención domiciliaria comprende servicios muy variados, -"algunos ciertamente innovadores", calificaba-, entre los que sobresalen aquellos encaminados a favorecer la autonomía personal. Además, los llamados servicios de proximidad: comidas y lavandería a domicilio, podología, fisioterapia, peluquería, biblioteca móvil [estos cuatro últimos orientados sobre todo a zonas rurales] juegan un papel destacado.
También se contemplan servicios de transporte accesible -en el medio rural, en particular-, actuaciones para mejorar la accesibilidad de los hogares mediante obras de supresión de barreras y suministro de productos de apoyo, servicios de teleasistencia avanzada, aplicaciones robóticas, instalaciones domóticas y de otras tecnologías de apoyo para tratar de facilitar la vida del medio millar largo de personas acogidas.
"En sintonía con el carácter comunitario que se ha querido dar al proyecto, se trata de convertir allí donde sea posible instalaciones ya existentes como centros de salud, residencias o centros de día en centros polivalentes, con servicios y programas abiertos a la comunidad", apostillaba la directora de Servicios Sociales del Ejecutivo vasco.
Otra de las prioridades del proyecto, todavía piloto ya que debe ser evaluado, es el soporte a las familias cuidadoras. "Ellas son las destinatarias de un innovador programa denominado Acompaña dirigido sobre todo a quienes reciben la prestación económica para cuidados en el entorno familiar. Este programa proporciona a las personas cuidadoras no profesionales, ya sean familiares o empleadas de hogar, formación, asesoramiento y apoyo en el propio domicilio, al tiempo de realizar el seguimiento y evaluación de la calidad de los cuidados, bien in situ o vía telefónica o por correo electrónico".