madrid. La Comisión de Interior del Congreso dio ayer luz verde a la reforma de la Ley de Tráfico, que ahora pasará al Senado, y ha suavizado las multas por consumo de alcohol al volante, que, frente al proyecto inicial, solo serán de mil euros si la tasa duplica la permitida o si se es reincidente. Así lo acordaran in extremis PP y CiU, por lo que frente a las multas que establecía el proyecto inicial, que incrementaba de los 500 euros actuales a 1.000 euros por dar positivo, en la nueva redacción solo se sancionará con esa cantidad máxima cuando se duplique la tasa permitida, es decir cuando se dé 1 gramo de alcohol por litro de sangre.
También será de 1.000 euros cuando el conductor se niegue a someterse a la prueba de alcoholemia o cuando sea reincidente, es decir, que haya sido multado por consumo de alcohol durante el año inmediatamente anterior a la sanción, según la enmienda transaccional pactada entre PP y CiU, que ha contado con el apoyo de todos los grupos a excepción del PSOE. Precisamente, esos dos grupos también acordaron la semana pasada, en el trámite de ponencia, establecer en los 16 años la edad hasta la que será obligatorio el uso del casco de la bicicleta en ciudad, a pesar de que la intención inicial del Gobierno era imponerlo hasta los 18 años.
Son estas las dos novedades más importantes del proyecto de reforma de la Ley de Tráfico, que ahora pasará al Senado y cuya aprobación definitiva supondrá la puesta en marcha del nuevo Reglamento de Circulación, que no entrará en vigor hasta al menos marzo.
El informe de la ponencia fue aprobado en la Comisión de Interior de la Cámara Baja con los votos en contra del PSOE y la Izquierda Plural, en un debate no exento de críticas a la celeridad con la que se ha tramitado en el Congreso un tema que, según la oposición, requería de mayor sosiego al afectar a un número importante de ciudadanos.
Mientras que el uso obligatorio o no del casco en ciudad fue el protagonista estrella de otros debates del proyecto, ayer quedó más en un segundo plano y fueron las multas previstas para el consumo de alcohol al volante las que centraron la sesión.
Casi de forma unánime, los grupos considerararon desproporcionada y poco acorde con los tiempos de crisis la propuesta del Ministerio del Interior de duplicar las actuales multas por esa infracción. Hasta la diputada del PP, Concepción Bravo, a la que el resto de los portavoces agredeció su trabajo, reconoció que el importe propuesto (mil euros) era muy alto y se avino a pactar con CiU la citada nueva redacción.
El diputado nacionalista Jordi Jané lanzó el guante, que recogió el PP, hizo hincapié en el "afán recaudatorio" de la idea inicial de Interior e insistió en lo que podría suponer desembolsar 1.000 euros a una familia en tiempos no precisamente de bonanza. Un agujero en el bolsillo para muchas de ellas, ratificó la diputada socialista Elena Castellano.
Suavizadas ya las multas, los grupos no han podido ver satisfechas otras de sus peticiones, como la del diputado del PSOE Carles Corcuera de no obligar al uso del casco en ciudad o de implantar la tasa 0,0 para los conductores profesionales o noveles.