bruselas. La comisaria europea de interior, Cecilia Malmström, duda de la eficacia de las cuchillas instaladas por el Gobierno español en la valla que separa Melilla de Marruecos y pedirá hoy explicaciones a su colega, Jorge Fernández Díaz, durante el Consejo de ministros de interior que se celebra en la capital comunitaria. "He leído sobre ello pero no he hablado con el Gobierno español del tema y lo voy a hacer. Voy a hablar con el ministro español para averiguar todos los detalles", aseguró ayer durante la rueda de prensa en la que esbozó su plan para evitar que vuelvan a producirse tragedias como la de Lampedusa en octubre pasado.

El uso de las cuchillas no es nuevo. Ya estuvo en vigor durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y precisamente se eliminaron debido a las reiteradas denuncias de las organizaciones no gubernamentales. Aunque ayer Malmström no quiso entrar en polémicas, sí puso de manifiesto que este tipo de iniciativas no ayudan a disuadir a los inmigrantes. "Entiendo que esto es algo que ya estuvo en Melilla hace unos años, que se eliminó y que ahora ha sido reinstalado de nuevo", sostuvo, "cuando el resultado de la evaluación que se hizo cuando se eliminó señaló que no evitó que la gente llegara sino que siguieron llegando pero más heridos. Si eso fue verdad entonces probablemente también lo es ahora", advirtió el mismo día en que otros cuarenta inmigrantes intentaban saltar la valla.

nueva estrategia El caso de Melilla recuerda una vez más que el fenómeno sigue muy lejos de estar resuelto y que decenas de personas intentan cada día llegar a territorio europeo como sea. De hecho, la comparecencia de Malmström ayer se producía para presentar la nueva estrategia del Ejecutivo comunitario en respuesta al drama vivido en octubre pasado en la isla italiana Lampedusa, donde perdieron la vida centenares de inmigrantes tras un naufragio que evidenció el egoismo con el que los socios europeos abordan este tema. "Cuando llegue el frío del invierno este asunto se habrá enfriado", aseguraba entonces un diplomático europeo.

Si las ideas de Malmström prosperan solo el futuro lo dirá. De momento, sus exigencias son claras: los gobiernos deben responder con más solidaridad y responsabilidad. O lo que es lo mismo más dinero y más medios en forma de barcos y aviones y, sobre todo, más generosidad en la acogida de refugiados. La estrategia, que será presentada hoy a los ministros de Interior de la UE, contempla 38 medidas a corto y largo plazo, que se articularán entorno a cinco ejes: refuerzo de la vigilancia de las fronteras, lucha contra el tráfico de seres humanos, solidaridad con los países que son objeto de fuerte presión migratoria, refuerzo de la protección en origen de los inmigrantes y demandantes de asilo y cooperación con países terceros.

"Tras lo de Lampedusa hubo mensajes muy fuertes. Ahora es el momento de los gobiernos de demostrar lo que se ha hecho, adoptar acciones concretas", advirtió pidiendo a los gobiernos que pongan sobre la mesa 14 millones de euros adicionales al año para reforzar el trabajo de la agencia Frontex así como más medios en forma de barcos y aviones.