BILBAO. Los miembros de la Comisión de Gramática de Euskaltzaindia presentaron ayer su dimisión en bloque por sentirse "desautorizados" y "despreciados", después de que el pleno de la institución rechazara el pasado viernes una de sus propuestas de trabajo. El responsable de la Comisión de Gramática (Gramatika Batzordea) y exrector de la UPV/EHU, Pello Salaburu, expuso las razones de la dimisión, que residen en una división de criterios a la hora de afrontar y planificar la elaboración de varios trabajos sobre gramática vasca. Así, la Comisión propuso reducir el material de gramática recopilado en los últimos años y publicar un trabajo "de unas 1.200 páginas", pero esta iniciativa se rechazó y en su lugar salió adelante la propuesta de un académico -en ningún momento se cita su nombre- a favor de que Euskaltzaindia publicase una gramática breve y manejable, al estilo de la publicada por la RAE, titulada Nueva Gramática Básica de la Lengua Española.
Pero la historia se remonta a octubre, según apunta el propio Salaburu: "Hace semanas, un académico hizo una observación a la propuesta que la Comisión de Gramática realizó en su momento y esa observación ha ido cambiando de forma y de contenido en las últimas fechas, hasta que el último borrador de esa nota se discutió y se aprobó el viernes pasado, con todos los académicos presentes". Y hace memoria: "Hasta ahora, cuando hemos presentado una planificación, siempre ha sido un puro trámite que se aprueba sin más, a excepción de esta vez y otra, que yo recuerde".
Salaburu afirma que la nota primigenia del citado académico "cambió hasta tres veces y, al final, llegó a ser un informe completo". Lo curioso es que la Comisión ya tenía previsto publicar los dos trabajos: el completo y el compendio. Estaban de acuerdo en el qué, pero las diferencias llegaron con el cómo: "Que conste que nosotros vimos bien las observaciones del académico, porque en la Comisión ya teníamos previsto recoger todo el material que hemos publicado hasta el momento, y también habíamos formulado la opción de hacer una gramática más manejable. Estábamos de acuerdo, pero dijimos que había que hacerlo después de concluir el trabajo mayor. Como mucho se podría hacer a la par. ¿Por qué? Porque en la versión total o principal hay temas que están por investigar y que queremos reformular, y eso lleva mucho tiempo, y hasta aclarar ese apartado no se puede avanzar en ese pequeño libro". "No conocemos un idioma en el mundo que haya afrontado antes la ejecución de un compendio de su gramática antes de la completa. Siempre ha sido al revés", constataba ayer Salaburu, que defendió el trabajo de su Comisión: "Si hay una Comisión de Gramática histórica y preparada y si hace los trabajos que más se conocen y se valoran de Euskaltzaindia, la gestión de ese trabajo también ha de estar en manos de la Comisión. Debiera gestionar la elaboración de ambos libros, pero eso no se aceptó y además se dijo que ese compendio habría que hacerse antes, de la mano de otra Comisión distinta. Para nosotros escuchar eso fue muy duro. Yo nunca había conocido algo así, es decir, externalizar el trabajo de una Comisión interna, y nadie nos ha dado más explicaciones al respecto", concluye.