ELCHE. Este resultado es la culminación del trabajo desarrollado durante tres años y medio por los biólogos moleculares María Herranz y Vicente Micol, del Instituto de Biología Molecular y Celular (IBMC) de la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante), con financiación de los planes VALi+D y Prometeo de la Generalitat Valenciana y de CDTI del Ministerio de Economía y Competitividad.
Estos estudios se han realizado en colaboración con Jorge Joven y Carlos Villaverde, del Centre de Recerca Biomèdica del Hospital Universitari de Sant Joan de Reus (Tarragona) y de Antonio Segura, de la Universidad de Granada.
Después de ensayos en modelos celulares y animales, se han tratado 31 pacientes hipertensos en dicho hospital con un índice de masa corporal de 31 (se considera obeso a partir de 30) en los que se ha observado que, tras un mes de tomar disueltos en agua entre 6 y 8 gramos diarios de extracto de Hibiscus sabdariffa, se mejoran los principales valores del cuadro patológico relacionado con la obesidad.
Micol, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la universidad ilicitana, ha relatado a EFE que los resultados globales concluyen una disminución tanto de la tensión sanguínea sistólica (alta) como la diastólica (baja) en alrededor de un 20 y 10 por ciento, respectivamente.
También se produce una reducción significativa del colesterol, del 10 por ciento, de la hemoglobina glicosilada (marcador de diabéticos) en cerca del 25 por ciento y también de la frecuencia cardíaca.
Las pruebas clínicas concluyeron a principios de 2013 y los investigadores del IBMC se hallan ahora en fase de elaboración de un artículo científico para su envío y publicación en la revista internacional especializada en ciencia de los alimentos y nutrición molecular ("Molecular Nutrition and Food Research").
Micol (Lleida, 1963) ha explicado que esta flor -también llamada "roselle" o "karkadé"- se toma como bebida tradicional en algunos países tropicales africanos, como Senegal o Sudán, iberoamericanos (México y Panamá) y asiáticos (Tailandia y Malasia) por la creencia popular de que es beneficiosa para la salud, aunque hasta ahora no constaban trabajos clínicos contundentes en la literatura científica internacional.
Esta flor es muy utilizada en los jardines de ciudades y pueblos por su resistencia a las inclemencias del tiempo y por su belleza, al tener un cáliz con entre 4 y 5 grandes pétalos de un rojo intenso y unos llamativos estambres amarillos.
Sin embargo, lo que más llamó la atención de los científicos del IBMC es la capacidad de sus polifenoles contra las células grasas de los tejidos adiposos, algo que han probado con éxito en cultivos, en ratones de laboratorio y, más recientemente, en pacientes con un cuadro patológico de niveles anormales de glucosa, hipertensión, hígado graso, triglicéridos y colesterol.
Una empresa especializada en alimentos nutracéuticos e ingredientes para la alimentación funcional, la ilicitana Monteloeder SL, ha suscrito recientemente un convenio con el IBMC para fabricar industrialmente este producto, que los investigadores obtienen calentando a ebullición los pétalos y estambres después de molerlos, con una etapa posterior de enriquecimiento y secado.
El producto resultante podría añadirse a otros artículos alimenticios, como yogures o zumos, o disolverse en agua para su administración.
Micol ha resaltado que, además de comprobar las facultades del Hibiscus sabdariffa, este estudio ayuda a comprender los mecanismos que participan en las enfermedades asociadas a la obesidad, lo que puede facilitar posteriores aplicaciones farmacológicas.