pamplona. En el mismo se encadenaba un texto que alertaba de robos en distintas poblaciones cometidos por ciudadanos que adormecían con colonias a aquellas personas que les abrian las puertas de su casa y a los que ofrecian oler el perfume. El mensaje finalizaba con "ha ocurrido en...". En esta ocasión los nombres de las localidades eran Olite, y también Pamplona. Las policías confirmaron que el mensaje difundido era un bulo. De hecho, así lo confirmó la cuenta en Twitter de Policía Foral, que ya advirtió en varios tuits de que no había nada de real en dicha información. "Eso de que han dormido al dueño de una casa en Olite para robarle es #bulo #bulo Vamos,que la gente se inventa cosas... #Bulo", escribió el perfil @policiaforalnav, cuenta asociada al cuerpo autonómico. El mismo mensaje fue recibido en otras comunidades cambiando la localidad de destino.
Los bulos no han surgido con Internet, pero sí han encontrado en la red el cauce perfecto para alcanzar su máxima difusión. La brigada de Delitos Informáticos de Policía Foral explicaba recientemente que para filtrar estos mensajes y comprobar su veracidad hay que analizar varios aspectos. El primero, quién lo remite. "Hay que fijarse en la fuente de origen. Si yo recibo una carta en mi casa sin remitente y sin fir ma, seguramente desconfiaré. Es lo que ocurre con los bulos, que vienen sin fuente conocida". Y también hay que fijarse en el contenido: "Normalmente son mensajes sensacionalistas, adornados con detalles para darles apariencia de verosimilitud". Y en tercer lugar, la propia invitación que incluye el bulo a ser compartido o enviado a otras personas.