Varsovia. La primera semana de la cumbre del Cambio Climático de Naciones Unidas (COP19), que se celebra en Varsovia, dejó las lágrimas de la delegación filipina por la destrucción del tifón Haiyan, debates interminables, escasos avances y tres decepciones: las protagonizadas por Australia, Japón y Brasil. La COP19 comenzó marcada por el supertifón de hace más de una semana y sus devastadores efectos en el centro de Filipinas, cuya delegación recordó en el arranque de la reunión con emotivos discursos que terminaron en lágrimas, y una petición desesperada de medidas urgentes para frenar el cambio climático.
"Ese sentimiento de urgencia con el que comenzó la conferencia se ha perdido. No se respira entre las delegaciones un sentimiento de que se solucionarán los problemas pronto", explicó ayer el director de la delegación mexicana en Varsovia, Roberto Dondisch, quien afirma que hay asistentes que no tienen prisa por llegar a acuerdos concretos, algo "muy arriesgado".
"Si no se llega a acuerdos en estas cumbres se va a poner en cuestión el aparato multilateral, lo que privaría de voz a muchos países afectados", advirtió Dondisch. Lo cierto es que durante las primeras jornadas ningún país ha anunciado que aumentará sus recortes de emisiones, más bien todo lo contrario: Japón y Australia plantearon un retroceso grave en sus objetivos y políticas anteriores, un jarro de agua fría para una reunión sobre el clima de la que deben salir las bases para el futuro acuerdo de 2015.
El país del sol naciente decidió reducir apenas un 3,8% sus emisiones de gas de efecto invernadero para el año 2020 con respecto a sus niveles de 2005, una meta alejada del 25% que el país asiático había anunciado en la cumbre del clima de 2009 en Tailandia. Por su parte, Australia solo se compromete a reducir en un 5% las emisiones de gases contaminantes para el año 2020.
"Después de una semana los gobiernos del mundo han vuelto a decepcionar a sus ciudadanos en la lucha contra el catastrófico cambio climático y sus efectos devastadores", se quejó el responsable de Greenpeace en la COP19, Martin Kaiser. "En lugar de detener las nuevas inversiones en minería de carbón y extracción de petróleo y aumentar la inversión en energías renovables, Japón y Australia no han cumplido los compromisos adquiridos voluntariamente", añadió. "Los anuncios de Japón y Australia han sido decepcionantes para la Unión Europea", reconocían también desde la delegación española en la cumbre. Brasil se sumó a esas decepciones el pasado jueves, cuando confirmó que su tasa de deforestación aumentó un 23% el año pasado, una cifra incluso superior a la que se barajaba entre el Gobierno brasileño de Dilma Rousseff.
Unión Europea Mientras, los Veintiocho siguen divididos entre las energías renovables y el peso de las industrias del carbón y la energía nuclear. Este es el escenario que encontrarán los ministros de Medio Ambiente que llegan a la capital polaca para participar en la ronda final de la cumbre, que arranca mañana, y que tendrán sobre la mesa las negociaciones sobre la financiación de medidas para reducir emisiones a corto plazo, así como la posibilidad de asumir objetivos de reducción más ambiciosos a partir de 2014. "Los ministros deben detener la espiral negativa que está marcando las conversaciones climáticas de Naciones Unidas, apostar por energías renovables, comprometerse con objetivos de reducción audaces y acordar la financiación de medidas contra el cambio climático que ayuden a todo el mundo", apuntó Kaiser.