Gasteiz. El próximo lunes se juzgará en la Audiencia Nacional a los cuatro miembros del movimiento antiTAV que lanzaron tartas a la presidenta del Gobierno navarro, Yolanda Barcina, el 27 de octubre de 2011 en Toulouse, durante una reunión plenaria de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos.

Aquellas tartas de merengue sirvieron para que un grupo de personas contrarias a las construcción del Tren de Alta Velocidad concitaran momentáneamente la atención de la opinión pública, pero no modificaron en absoluto un proyecto crucial y prioritario para el País Vasco. Sin embargo, lo que no lograron unas protestas más o menos llamativas lo están consiguiendo, en cierta forma, los recortes presupuestarios. El proyecto ferroviario que conectará las capitales de Euskadi en alta velocidad sigue adelante, pero tanto su ritmo como el diseño inicial se están viendo fuertemente afectados por la situación económica y la indefinición del Gobierno español respecto a su carácter prioritario y modelo técnico.

El proyecto de construcción de la Y ferroviaria vasca comenzó 2013 aplicando una ralentización en el ritmo de construcción en los ramales alavés y vizcaíno -que son competencia del Ministerio de Fomento a través de Adif-, y lo acabará con dudas persistentes sobre la fecha de finalización y el tipo de conexión del trazado vasco con las redes europea y estatal de alta velocidad. Sobre el papel y en el plano de las declaraciones políticas, la Y no ha sufrido ningún cambio y sigue siendo "prioritaria", pero la realidad y el avance de las obras indican otra cosa. No se trata únicamente de que el Ministerio de Fomento haya reducido fuertemente la inversión para el TAV en los ejercicios 2013 y 2014 y que eso derive en un ritmo más lento de construcción, sino que también ha optado por "adaptar" a la alta velocidad tramos de vía convencional en las que serán las principales conexiones de la Y ferroviaria vasca con los corredores europeos.

La diputada Isabel Sánchez Robles, portavoz del Grupo Parlamentario Vasco en materia de Fomento, ha trasladado su preocupación por la "ínfima dotación presupuestaria" para la Y vasca a una serie de iniciativas parlamentarias que buscan conocer la situación real del proyecto y comprobar "en qué se traducen las bonitas palabras que siempre oímos de la ministra cuando preguntamos por los presupuestos y las fechas de conclusión del TAV". Isabel Sánchez Robles está convencida de que el Ministerio de Fomento ni siquiera está gastando efectivamente en la construcción de la Y todo lo presupuestado, por eso ha solicitado información sobre la ejecución real de la partida presupuestaria correspondiente en el presente ejercicio, así como un informe detallado de los contratos formalizados y los importes de obra certificados de cada uno de los tramos que componen la nueva línea ferroviaria.

Distinto ritmo En estos momentos, el ramal guipuzcoano de la Y, que está siendo ejecutado por el Gobierno Vasco, tiene más de tres cuartas partes de su trazado (el 77,6%) terminado o en ejecución, mientras que en los ramales alavés y vizcaíno, que construye Adif, este porcentaje baja al 63%. Las diferencias en el ritmo de ejecución de obras podrían agudizarse en el próximo ejercicio a tenor de los presupuestos previstos por el Gobierno Vasco (350 millones) y el Ejecutivo español (190 millones de euros) para la construcción de la plataforma ferroviaria de alta velocidad. Los últimos cálculos indican que si el Gobierno español no aumenta el ritmo inversor, las obras de la Y ferroviaria vasca acabarán con un mínimo de seis años de retraso sobre la fecha prevista: 2016. Parece que con los recortes presupuestarios aplicados por Fomento, los ramales alavés y vizcaíno no podrán estar concluidos antes del año 2022, mientras que el Gobierno Vasco trabaja en el trazado de Gipuzkoa con la fecha de 2018 como objetivo. El desfase de cuatro años que tal y como van las obras podría crearse entre la finalización de la plataforma ferroviaria de Gipuzkoa y la de los otros dos territorios preocupa a los responsables de Transportes del Gobierno Vasco, que han propuesto al Ejecutivo de Rajoy que les encomiende la ejecución de los tramos que aún están sin licitar en los ramales alavés y vizcaíno como fórmula viable para acelerar el ritmo de las obras y garantizar cierta homogeneidad en las fechas de conclusión de los tramos.

Recientemente la consejera de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno Vasco, Ana Oregi, urgió al Gobierno español a que defina los proyectos de entrada de la Y ferroviaria en las tres capitales de la CAV y a que licite los seis tramos pendientes. En esa misma intervención, Ana Oregi se mostró preocupada por "la falta de conexión en alta velocidad del tramo Burgos-Gasteiz, puesto que de seguir con el planteamiento actual de tercer hilo para este punto, nos encontraríamos -dijo la consejera- con la excentricidad de tener 80 kilómetros de segunda en una red transeuropea prioritaria para la Unión Europea y con la que el Gobierno español y el Gobierno Vasco se comprometieron hace años".

En opinión de la diputada Isabel Sánchez Robles el Gobierno español no ha hecho una verdadera apuesta por el proyecto de la Y vasca y "resulta incomprensible que todavía no tenga fecha de finalización". "Sentimos -dijo la parlamentaria- que nos están tomando el pelo porque sólo hay buenas palabras detrás de las cuales no hay nada. Queremos saber cuáles son las razones de Fomento para no apostar por este proyecto, que es prioritario para la Comisión Europea y crucial para Euskadi".