madrid. En plena eclosión de declaraciones triunfalistas sobre el fin de la crisis y el inicio de la recuperación económica, ayer conocimos que la población en riesgo de pobreza o exclusión social en el Estado español representa el 28,2 por ciento del total, según un análisis de los datos de Eurostat realizado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE). Esta cifra supone que aproximadamente un tercio de los ciudadanos sufre alguna de las carencias que permite tipificarlo como "en riesgo de pobreza" y que ese porcentaje ha crecido en España ocho veces más que en el conjunto de la Unión Europea.
Según explicó ayer el IEE, desde el comienzo de la crisis económica en 2007, la población en riesgo de pobreza o exclusión social ha aumentado levemente en los países de la Unión Europea, de forma que la media de la UE-27 ha pasado de representar un 24,4% del total de la población en 2007 a un 25% en 2012. Sin embargo, en el Estado español el incremento ha sido casi de cinco puntos porcentuales en el mismo periodo, pasando de un 23,3% de habitantes en riesgo de pobreza o exclusión al 28,2% registrado en el año 2012.
El Estado miembro con la tasa de pobreza más alta sigue siendo, no obstante, Bulgaria, donde casi la mitad de la población está en riesgo, seguido de Rumanía, que tiene en esta situación al 41,7% de sus habitantes. En Letonia, Grecia, Lituania y Hungría prácticamente un tercio de la población está en riesgo de pobreza y en Italia e Irlanda lo está casi el 30%, conforme los datos difundidos por el IEE. Entre los países europeos con menos población en riesgo de pobreza figuran Alemania, Eslovenia, Francia y Dinamarca con cifras en torno al 19%. En Luxemburgo y Suecia las cifras bajan al 18% y en Finlandia y Austria, al 17%. La República Checa y los Países Bajos logran que sólo un 15% de su población esté en riesgo de pobreza o exclusión social.
pobreza infantil La pobreza en el Estado español está muy relacionada con el fuerte aumento del desempleo unido al recorte de las ayudas sociales y subsidios. Así, tras varios años de crisis, las familias con todos sus miembros en paro y aquellas que han agotado las prestaciones han aumentado de forma alarmante. Esto se traduce en que -según un informe de Unicef- el 24,1% de los menores de 18 años viven en hogares cuyos ingresos están por debajo del 60% de la media de ingresos estatal, que para una familia de dos adultos y dos niños se sitúa en unos 16.000 euros anuales.
En los hogares con niños en los que ninguno de los adultos trabaja, el riesgo de pobreza se eleva a un 62,8%, frente al 9,3 de las familias en los que todos los adultos están trabajando.