donostia. Dice, con palabras que resuenan a falsa modestia, no ser lo suficientemente joven para saber de todo. Poco después se entrega a una charla sosegada en la que el prestigioso científico se desprende del reloj por cortesía, dejando a un lado el sinfín de papeles que cubren la mesa. "Me irrita la gente que se pasa todo el día mirando la hora". Pedro Miguel Etxenike (Isaba, 1950) será investido hoy como Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid ante una nutrida representación institucional.
¿Cansa tanto reconocimiento?
(sonríe) Este reconocimiento tiene una connotación especial, en la medida que lo otorga una institución señera como es la Universidad Complutense de Madrid. Es algo que me llena de satisfacción?
Acumula distinciones por doquier?
Eso quiere decir que me voy haciendo viejo (sonríe)
Es importante que lleguen en vida?
(sonríe) Creo que fue Benjamín Franklin quien dijo nunca hagas nada por la posteridad, porque la posteridad no hará nada por ti.
¿Qué le aporta la Ciencia en estos momentos tan inciertos?
Hay quien dice que la Ciencia aporta incertidumbre y, de algún modo, es verdad. Pero también mucho conocimiento y seguridad. Lo cierto es que, de cada pregunta que se contesta en toda investigación surgen nuevos interrogantes. En ese sentido, podríamos hablar de una ley de conservación de la ignorancia. Se ha dicho con razón que el mayor fruto del conocimiento es el aumento de la ignorancia. En el paso de la ignorancia inconsciente a la consciente está el avance científico. La Ciencia avanza creando orden en el caos, y provocando a su vez nuevo caos?
¿Cree en las certezas absolutas ?
No. La Física cuántica es, quizá, la gran revolución cultural del siglo XX, y nos ha enseñado que la verdad absoluta no tiene sentido en la Ciencia actual. Creerse en posesión de la verdad absoluta es la fuente de muchos de los grandes problemas que vivimos.
Ahora que habla de verdades absolutas y fuente de problemas, ¿qué opina de la política de mano de hierro que encarna el ministro Wert?
Veo que tiene una concepción del autogobierno y de la distribución competencial que le lleva a entrar en cualquier tema en detalle. Cuando votamos el Estatuto de Autonomía, no contemplamos en ningún momento un sistema educativo regulado al detalle por las instituciones centrales. ¿Qué queda del autogobierno vasco si la organización educativa y los contenidos son regulados por las instituciones centrales de forma uniforme para realidades tan diferentes?
Usted fue consejero de Educación en un contexto bien diferente al actual. ¿Qué política es preciso articular?
El problema de la Educación no es tanto de contenidos. La verdadera educación consiste en despertar el amor por lo que se hace. Para ello no hace falta levantar barreras. Todo ello no es incompatible con premiar el esfuerzo y el reconocimiento al trabajo bien hecho.
Lo cierto es que el ministro José Ignacio Wert, tras la enésima polémica, parecer ser cuestionado ya seriamente hasta por su propio partido?
La educación es equidad, garantía de futuro, y no creo que Wert vaya en esa línea. Por tanto, cualquier reforma debe hacerse con un amplio consenso, y es mejor no cambiar algo por la vía de la imposición de mayorías absolutas. Es algo que acabamos de ver con las becas. Produce sonrojo que decisiones que tienen que ser sopesadas y consensuadas se tomen tan a la ligera. Parece que no se tiene en cuenta que decisiones de este tipo producen sufrimiento a numerosas personas. El sistema educativo debe estar sujeto a unos pactos de Estado que respeten los autogobiernos de las comunidades, las autonomías de los centros y regulen lo mínimo posible.
Aquí, en cambio, se funciona en el corto plazo, a golpe de legislatura.
Sí, esa tendencia por la cual cada partido que llega al poder quiere regular lo suyo está llevando a la sobreregulación del sistema educativo.
¿Han cambiado mucho las cosas desde su etapa en el Gobierno Vasco?
Este tipo de autoatribuciones del Gobierno central hubiesen sido imposibles cuando se votó el Estatuto de Autonomía. No teníamos entonces presente ni mucho menos el problema actual. El argumento de la igualdad llevado al extremo nos conduce a la uniformidad total, y lleva a tratar de forma similar problemas diferentes perjudicando así a los que lo han hecho bien, como es el caso vasco. Afortunadamente, la llamada ley Wert no tiene recorrido por la falta de consenso. El largo plazo, la continuidad de las políticas es esencial, y la mejor forma de tener un sistema educativo bueno pasa por lo siguiente: profesores bien formados, bien informados, bien remunerados y bien reconocidos socialmente.
Un ideal que parece hoy más lejano que nunca ...
No lo sé, pero debería ser así.
¿Cómo puede bandearse la Ciencia en esta cultura de lo inmediato?
Cada vez que llega un nuevo gobierno siempre se propone lo mismo, investigar en lo que produce riqueza. Pero hay que tener en cuenta que lo que ha producido riqueza es un desarrollo armónico, que tiene que ser compatible con dejar un margen a la creatividad de los científicos. Lo más útil sale de investigar lo aparentemente inútil, es la sublime utilidad de la Ciencia inútil. Hay ejemplos excelsos de ello, como el GPS o las resonancias magnéticas. Más de la mitad del interior bruto del mundo está ligado a investigaciones que, en su momento, parecieron inútiles.
¿Cuál es el mayor reto que acomete la ciencia durante este siglo?
Precisamente ese, salvar a la Ciencia de un excesivo utilitarismo que puede ser de lo más inútil. Por eso hace falta fijarse en las sociedades desarrolladas, que tienen muy claro el concepto de pacto. Alemania, por ejemplo, tiene un pacto firmado por todos los partidos desde hace años por el cual se destina el 5% de los presupuestos a Educación e investigación. Hay aspectos que deben estar alejados del rifirrafe político.
¿Qué opina del estado de corrupción que parece salpicarlo todo?
Siento tristeza y vergüenza...
Usted tiene muchos colegas extranjeros, ¿qué le dicen de la imagen que ofrece el Gobierno, la monarquía...?
Corrupción hay en muchos países, la mayor diferencia parece estar en que en otros países en cuanto se detecta la irregularidad se soluciona, mientras que aquí los procedimientos se alargan sin solución. Por otro lado, hay que decir que la corrupción es de algunos, aunque afecte al sistema en general. Debemos tener en cuenta que una sociedad que no respete a aquellos a los que encarga articular la convivencia es una sociedad con mal futuro...
¿Cree que este escenario de corruptelas espolea más que nunca los procesos independentistas?
Me considero adscrito al nacionalismo vasco, que se vertebra en la siguiente área: Euskadi es la patria de los vascos. Las formas de articular la convivencia con los demás deben ser siempre con libertad. La solidaridad no debe ser nunca impuesta. Es la respuesta que le dio Ibarretxe a Zapatero cuando este le dijo: "Si vivimos juntos, decidimos juntos". Ibarretxe le espetó: "Primero tenemos que decidir si queremos vivir juntos". Debe ser una decisión libre, y estos movimientos deben tomarse siempre con naturalidad y sin angustias.
¿Le preocupa la crisis de Fagor?
Desde luego que suscita una gran preocupación, y sería bueno que no surgieran tensiones innecesarias entre quienes tienen que contribuir a la solución.