"Necesito muestras de cáncer de colon". La búsqueda, aunque agresiva y a todas luces desagradable, puede ser fundamental para una investigación sobre esta enfermedad y es el leitmotiv que ha guiado la idea del biobanco vasco de tejidos, también conocido como O+Ehun. Este organismo ha creado un innovador buscador informático de muestras biológicas para llevar a cabo investigaciones que pueden acelerar el diagnóstico de enfermedades raras. "Es una idea vasca y surge porque vemos que si un investigador en Michigan quiere encontrar muestras para su investigación el proceso es complicado.

No existe ningún catálogo para poder encontrar, por ejemplo, trece muestras de pacientes con cáncer de colón. No hay un sitio en el que encontrar fácilmente esa información, por el idioma, por las distintas formas de diagnosticar... Así que decidimos utilizar las tecnologías de la información para montar un buscador", explica Roberto Bilbao, responsable del biobanco.

De esta forma, las imágenes histopatológicas -es decir, las fotografías de órganos enfermos- están a disposición de cualquier especialista del mundo a través de un estricto protocolo de acceso. Se llama Biopool, un plan europeo que permite que un investigador pueda buscar en cualquier biobanco las muestras biológicas que necesita. Una tecnología semejante a Google Imágenes en la que se incorpora una foto al buscador y el sistema indica dónde está, pero aplicado a imágenes de tumores e investigaciones biomédicas.

Colaboración de seis hospitales

Encajar las piezas del puzzle

"Desarrollamos un programa informático para que suba la imagen al buscador y me diga en qué biobanco hay piezas o tumores iguales a los que yo quiero", aclara Bilbao, orgulloso de una idea que ha recibido el premio del Congreso Nacional de Anatomía Patológica al que se presentaron 400 trabajos. En este proyecto colaboran siete entidades diferentes de cuatro países y en Euskadi, además de la participación de empresas como Tecnalia, se ha conseguido que trabajen conjuntamente seis servicios de Anatomía Patológica de Txagorritxu, Santiago, Cruces, Basurto, Galdakao y el Onkologikoa de Donostia.

En este primer año de trabajo, la labor de Biopool se ha centrado en el cáncer de colon ya que es uno de los más habituales. En el segundo año se recogerán muestras sobre cáncer de mama. Hasta ahora cuando un investigador se hallaba inmerso en el estudio de una patología concreta, casi debía contactar biobanco a biobanco para ver si alguno de ello tenía la muestra útil para su estudio. Sin embargo, Biopool agiliza estos trámites, reduciendo la búsqueda al acceso a su plataforma web, donde el investigador puede buscar la muestra, descargar una imagen de la misma en alta resolución y solicitar, si quiere, una pequeña parte de la muestra para su estudio al microscopio.

500.000 muestras en el biobanco

El almacén de los tesoros

Pero los investigadores necesitan miles de muestras para sus trabajos. Por eso existen los biobancos, las entidades puente entre los pacientes -ya que recogen y procesan todo tipo de muestras del cuerpo humano- y los investigadores, a quienes son ofrecidas en las mejores condiciones. Los biobancos funcionan como almacenes modernos que conservan auténticos tesoros, tejidos enfermos extraídos a pacientes a través de biopsias; tejidos tumorales o también sangre o tejidos procedentes de autopsias. Roberto Bilbao lo explica gráficamente: "el biobanco se encarga de recepcionar ese material, lo procesa y guarda en condiciones óptimas garantizando el anonimato del paciente".

En la actualidad, el banco dispone de unas 500.000 muestras, fundamentalmente derivados de sangre, pero también alberga muestras de células tumorales, de ADN, de tejidos y de cerebros. "Lo que sobra de un tumor se puede usar para investigación, siempre previo consentimiento. Cualquier investigador puede llamarnos y pedir esas muestras para desarrollar nuevos tratamientos contra el cáncer, contra el Alzheimer o descubrir por qué un paciente enferma y otro no, por qué de dos hermanos uno tiene cáncer y otro no...", describe Bilbao.

"Estos estudios nos sirven para trazar marcadores. Por ejemplo se sabe que el Alzheimer empieza 40 años antes de declararse, pero no tiene síntomas. Lo ideal sería descubrir en sangre o en líquido cefalorraquídeo algún indicador que determinase cuál es la causa para anticipar si tienes predisposición a sufrir la enfermedad", ilustra.

"De esta manera, los pacientes colaboran en investigación; para los médicos es el resorte que tiene el sistema para procesar los tejidos y el material biológico; y finalmente, para los investigadores supone la ventanilla a la que acudir para solicitar esa sangre y esos tejidos que necesitan para investigar", especifica Roberto Bilbao, subrayando que las muestras son completamente anónimas y únicamente se almacenan si el paciente da su consentimiento expreso.