roma. La comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, instó ayer a los países a actuar con urgencia para reforzar Frontex (agencia europea para la Gestión de Control de las Fronteras Exteriores). "Reitero mi llamada a todos los Estados miembros a que pongan rápidamente los recursos necesarios para permitir que Frontex defina los detalles de una operación" de búsqueda y rescate en el Mediterráneo, desde Chipre a España, "para detectar mejor y asistir a las barcas en dificultades", dijo Malmström.

El enésimo naufragio del viernes, esta vez en aguas territoriales de Malta, dejó un balance de al menos 34 inmigrantes muertos, entre ellos 10 menores, y volvió a convertir al Canal de Sicilia en un cementerio a cielo abierto. La Marina de Malta explicó que el naufragio se produjo cuando un avión que vigilaba el Canal de Sicilia sobrevoló la barcaza en la que viajaban cerca de 250 inmigrantes, quienes comenzaron a agitarse para ser avistados, lo que provocó el vuelco de la embarcación.

Los 34 muertos, de los que aún se desconoce la nacionalidad, se unen a los 339 cuerpos recuperados tras el naufragio del pasado 3 de octubre a pocos kilómetros de la isla siciliana de Lampedusa.

Sus 339 ataúdes siguen alineados en el hangar del aeropuerto de la isla o amontonados en camiones frigoríficos, pues no se ha decidido qué hacer con ellos. "Ahora todos quieren honrar a los muertos, pero se olvidan de los vivos". Es la denuncia de Don Mussei Zerai, un cura eritreo que vive en Roma y que es punto de referencia para los inmigrantes que cruzan el Mediterráneo hacia Italia.

Para la alcaldesa de Lampedusa, sin embargo, no es importante si se celebrarán o no los anunciados funerales de Estado, si no dar sepultura a los cuerpos, pues su hacinamiento empieza a ser un problema. Don Zerai explicó que además hay que recordar que los 155 supervivientes del naufragio, entre ellos 41 menores, siguen en el centro de acogida en condiciones "infrahumanas". Roma se había ofrecido para ocuparse de los supervivientes, pero por ahora siguen en Lampedusa. A Don Zerai le llegan las llamadas de los eritreos en dificultades en el Mediterráneo para que de la voz de alarma.

alarma Este jueves le llamaron desde el Canal de Sicilia: eran 105 personas a bordo llevaban cinco días de viaje, el motor se había parado y entraba agua en la embarcación. Zerai dio las coordenadas a la Guardia Costera, que los salvó.