roma. Una nueva tragedia humanitaria ha sacudido las aguas próximas a la isla italiana de Lampedusa, donde al menos 50 personas, diez de ellas menores de edad, perdieron ayer la vida al hundirse por la tarde una embarcación en la que viajaban más de 200 inmigrantes clandestinos. La tragedia se produce ocho días después de que el pasado día 3 al menos 339 personas murieran víctimas de un naufragio frente a las costas de esa isla, y solo un día después de que concluyera el dispositivo de rescate de los cadáveres.
Según apunta la Guardia Costera, más de 200 personas fueron rescatadas de las aguas del canal de Sicilia y transportados a dos unidades de la Marina Militar, los buques Lybra y Espero que se trasladaron al lugar de la tragedia y por medios de emergencia de Malta.
El naufragio tuvo lugar en aguas de competencia maltesa en lo referente a los servicios de emergencia, por lo que dos helicópteros de la Marina procedentes de La Valetta, capital de Malta, lanzaron varios salvavidas a los supervivientes.
La isla de Malta rescató a 150 inmigrantes, cuya procedencia aún se desconoce, mientras que Italia ha recogido a 56 personas.
El naufragio ocurre un día después de que se diera por terminada la búsqueda de cadáveres en el fondo del mar tras el hundimiento del pesquero, el pasado día 3, frente a las costas de la misma isla italiana, que costó, según las últimas informaciones oficiales, la vida de al menos 339 personas.
Una nota oficial de la marina maltesa aseguró que el naufragio se produjo hacia las 17.10 hora local (15.10 GMT) cuando un avión de Malta que vigilaba el Canal de Sicilia fue avistado por los inmigrantes, quienes, al intentar hacer señales para ser localizados, comenzaron a agitarse provocando el vuelco de la embarcación en la que viajaban.
Este dispositivo de socorro puesto en marcha fue aprobado el jueves a raíz del desastre de Lampedusa de hace una semana y en él participaron dos navíos de la Marina militar italiana, una embarcación de la Capitanía del puerto de Sicilia y una patrullera y dos helicópteros de Malta, país con el que Italia trabaja en plena coordinación.
Tras ver con sus ojos el drama del naufragio del anterior pesquero, el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, afirmó hace dos días que "la Unión Europea no puede mirar hacia otro lado". Italia había pedido que la tragedia de Lampedusa sirviese a la Unión Europea para "abrir los ojos" y afrontar con solidaridad el fenómeno de la inmigración y, ante ello, Barroso aseguró hoy que "el problema de Italia tiene que ser percibido como un problema de toda Europa". "Tenemos que reaccionar de manera adecuada. Europa no puede mirar hacia otro lado cuando hay barcos que se hunden y se destrozan cientos de vida", agregó Barroso, quien se mostró especialmente conmovido tras ver el cadáver de una mujer y su hijo abrazados. El primer ministro de Italia, Enrico Letta, explicó que la Comisión Europea e Italia pedirán que el tema de la inmigración se aborde urgentemente en el Consejo Europeo del 24 y 25 de octubre.
problema de la unión Este fue también el tema central de la reunión mantenida ayer por el presidente del Parlamento europeo, el alemán Martin Schulz y el papa Francisco. El encuentro, que se celebró en la biblioteca del Palacio Pontificio, se centró en los principales problemas actuales que afronta la UE, "con especial atención, como no es ninguna sorpresa" a la inmigración ilegal. El presidente del Parlamento europeo aseguró a Francisco que la UE está comprometida a afrontar esta cuestión "en dos frentes" y que no va a dejar "a Italia ni a ningún país" solos.