vitoria. Las elecciones municipales de 2011 dieron a luz en Gasteiz una Corporación de lo más interesante. Con un triple empate en la oposición, para poder desarrollar su propias políticas, al PP, el ganador, le tocaba buscar acuerdos entre grupos con idéntico poder en el Pleno, y ese acuerdo no llegó hasta este mismo año, cuando firmó su pacto presupuestario con el PNV. Ahora, con el otoño, llega una nueva negociación de las Cuentas de la ciudad con varios factores externos que hay que tener en cuenta. Por ejemplo que en el Parlamento Vasco, de más reciente constitución, aún están en pleno juego de las sillas, aunque ya parece que se va viendo quién se sienta con quién. De lo que pase allí puede depender el futuro del resto de instituciones. En todo caso, a los grupos municipales vitorianos les toca ceñirse al ámbito local y a los problemas del día a día de los ciudadanos, y así lo han hecho para DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA los responsables de lograr que Gasteiz encare su séptimo año de crisis con la mayor capacidad de maniobra posible.
El concejal de Hacienda, Manu Uriarte, asegura que las Cuentas tratarán de "mantener el esfuerzo en gasto social, promoción de empleo y promoción económica", pero eso sí, sin gastar ni un euro más de lo que se ingrese. El déficit cero se tiene que implementar por imperativo del Gobierno de España y en Gasteiz ese es el único horizonte que se contempla en materia financiera. Dado que este año la ciudad va a disponer de 32 millones de euros menos que el pasado en concepto de vacaciones fiscales -las empresas beneficiadas en su día ya han abonado casi todo el dinero que Europa les ordenó devolver-, y que la recaudación foral no parece que vaya a ser muy boyante, está claro que a Vitoria va llegar poco dinero con el que trabajar en 2014. El resto sale de los impuestos municipales, que este año se debaten junto con los gastos, pero si los vitorianos pagan menos que antes a la Hacienda alavesa es porque no están condiciones de pagar más al Ayuntamiento por el IBI, el agua, el coche o las piscinas municipales. "Sí, éste va a ser un año con un Presupuesto más complicado", resume en ese sentido Uriarte.
Con esos mimbres hay que hacer un cesto lo más robusto posible, y en el PP tienen claro que la apuesta segura es el PNV. "Creemos que es el grupo que está más abierto a colaborar, qué duda cabe de que es el principal interlocutor, pero nuestro interés está en hacer un Presupuesto abierto a todos", señala Uriarte. Que EH Bildu y PSE entren en esa hipotética alianza depende "de lo que pidan", pero Uriarte insiste, "lo importante es que el Presupuesto sea lo más plural y abierto posible y que incluya la sensibilidad de todos los grupos políticos", algo que ve complicado porque "no todo el mundo quiere ponerse en la foto, algunos prefieren estar al otro lado protestando y no dentro de la sala trabajando".
Así pues, Uriarte abre el juego con el PNV, pero los propios jeltzales quieren que los cuatro partidos participen por igual de la elaboración del Presupuesto desde el momento en el que el proyecto del gobierno esté redactado. "Queremos que la propuesta de ingresos y gastos se debata en la junta de portavoces de forma discreta -este foro se reúne a puerta cerrada- con el concurso del interventor, para que pueda aclarar la validez y fiabilidad de las propuestas y en función de eso ver qué alianzas surgen", señala el portavoz municipal del PNV, Gorka Urtaran.
Ese es su deseo, el de un "Presupuesto de concentración que sería un ejemplo de que la política se puede hacer de otra manera", pero no su pronóstico. Urtaran señala que el año pasado ya pidió la participación de todos los grupos, "pero dijeron que no querían y quien vino fue el PP, habrá que ver qué disposición tienen este año PSE y Bildu, porque el año pasado no mostraron ninguna, se mantuvieron al margen".
Eso sí, Urtaran dice estar mucho más cerca "ideológicamente" de la posición de estos partidos en materia de empleo o asuntos sociales. "Creo que es más fácil llegar a acuerdos con ellos", afirma el portavoz jeltzale, y por ello el PNV "quiere contar con las aportaciones del PSE y de EH Bildu, pero incluso en la propia definición del Presupuesto". Diametralmente distinta a las de Urtaran y Uriarte es la visión que tiene el portavoz de EH Bildu en el Consistorio, Kike Fernández de Pinedo, de lo que ocurrió el año pasado por estas fechas. "Se negaron a hablar con nosotros, no nos llamaron ni a una reunión, no nos dieron ni un borrador, no nos dijeron qué idea tenían, hicieron todo el tema en un cuarto cerrado entre los dos partidos y luego lo presentaron como un pack cerrado sin casi margen para el cambio, para nosotros y para los consejos territoriales y sectoriales", asegura.
Desde la formación soberanista aseguran que están abiertos a sentarse a hablar de todo con el PP, pero establecen una serie de condiciones previas innegociables. Lejos de aprobar recortes en materia de empleo y asuntos sociales las partidas deben aumentar. "Nosotros entendemos que estamos en una crisis muy grave y que hay menos ingresos, que hay que hacer un esfuerzo mayor para gestionarlos, pero precisamente en estos momentos en que hay más gente con problemas hay que tener las prioridades muy claras", afirma Fernández de Pinedo.
La otra condición de EH Bildu para negociar un Presupuesto pasa por que éste sea participativo, pues "el año pasado no hubo ni tiempo ni ganas para que realmente hubiera esa participación". Por otro lado, Fernández de Pinedo alerta de que el Presupuesto del año pasado estaba "trucado", pues se realizaron inversiones en los barrios viejos o la zona rural vinculados a los ingresos por venta de suelo municipal, una quimera en los tiempos que corren. Además, Fernández de Pinedo censura la existencia de "recortes encubiertos", por ejemplo, a la hora de destruir puestos de trabajo que dependen del Ayuntamiento aunque no sea estrictamente empleo municipal. El portavoz de la coalición abertzale señala que las rebajas que los pliegos de condiciones exigen a las empresas se traducen en que "acabas mandando a gente a la calle".
cuentas sin ejecutar Otra "trampa", dice Fernández de Pinedo, es que no se llegan a gastar muchas partidas del Presupuesto, "en partidas sensibles gastan un 20% o un 40%, y el resto lo desvían a otras cosas". La aportación del portavoz socialista, Patxi Lazcoz, a este sondeo previo a la negociación presupuestaria, deja mucho más claro el tablero en el que se mueven los partidos este año. El PSE exige el freno a los recortes sociales e incluso la reversión de algunos de los ya ejecutados, y también reclama el fin de la destrucción de empleo en el Ayuntamiento, es decir, las mismas condiciones de partida que establece EH Bildu. Y las condiciones de EH Bildu y del PSE, como insiste Urtaran, son también las del PNV. Lazcoz parte de la dificultad que dice haber encontrado el año pasado para negociar con Maroto, al que envió una carta a primeros de septiembre que no obtuvo respuesta hasta noviembre. "La experiencia es negativa, pero mantenemos nuestra disposición a intentar llegar a acuerdos, y además Gorka Urtaran ya ha dicho tanto en público como varias veces en la junta de portavoces que él entiende que hay que intentar un acuerdo en el que podamos participar las cuatro formaciones", señala el socialista.
Con los cuatro contendientes en la partida, se abre un amplio abanico de posibilidades. "Somos cuatro partidos muy distintos, y por eso en un juego bilateral o a tres seguramente podamos sumar más coincidencias, con esa intención que ha manifestado el PNV podemos entrar en ese juego de intentar el consenso más amplio posible; las matemáticas dan para todas las posibilidades", señala Lazcoz, y por ello "a primera vista se observa una situación diferente a la de 2013". La coincidencia entre PSE y EH Bildu, además, se extiende más allá del empleo y los asuntos sociales. Al igual que Fernández de Pinedo, Lazcoz denuncia que la semana pasada el gobierno del PP tan sólo había ejecutado un 34% del Presupuesto del Departamento de empleo, y asegura que el PNV no ha visto con muy buenos ojos esa circunstancia.
Según Lazcoz, esa exigencia al equipo de gobierno de revertir los recortes producidos y mantener el empleo ligado al Ayuntamiento "tiene un componente ideológico, pero es una traducción de lo que la mayoría de la sociedad no quiere que ocurra".