Vitoria. En las calles Dato y Postas del centro de la capital alavesa, ni viandantes ni comerciantes tienen noticia del proyecto del Ayuntamiento para renovar pavimentos estropeados y cambiar de emplazamiento el mobiliario urbano que pueda estorbar el paso de los peatones junto a los escaparates. De hecho, a casi nadie parecen molestarle papeleras o bancos, aunque eso sí, todos coinciden en que el pavimento deja bastante que desear.

A Elena Entrialgo, responsable de la perfumería Ibarrondo de la calle Independencia -que comparte firme y mobiliario con Postas-, le trae de cabeza la papelera que le han puesto entre su fachada y la del comercio adyacente. "Da una imagen horrorosa, pero eso sí, en la fachada de la Vital están en mitad de la acera, ¿porque es la Vital? Yo hice una reclamación, porque aquí el fin de semana echan los pitillos y un día tendremos un disgusto", alerta Elena, que no entiende la razón de ser de ese aislado elemento justo al lado de su escaparate. "Estando como estamos en el pequeño comercio, y vienen y te plantan esto aquí", se queja la mujer, harta también de un pavimento viejo y estropeado que, afirma, "es muy peligroso, con nieve resbala muchísimo". Por último, Elena advierte a las autoridades de que el centro de la ciudad agoniza. "Esto se está desertizando completamente, y lo de llevarse el Ayuntamiento ya es la guinda... ¿Conoces algún otro sitio donde haya cerrado el McDonalds?", concluye.

Laura Sánchez atiende a sus clientas en Textura Interiores, un comercio de la calle Dato desde el que se ven las baldosas incoloras que, "cada dos por tres", cambian los operarios municipales. "Deberían cambiarlo todo, porque ponen las vallas para que no pase la gente, las arreglan y al rato otra vez igual, y se mueven muchísimo, la gente se tropieza o se llena de agua entera cuando llueve" aunque, eso sí, "por lo menos los que las arreglan trabajan, en ese aspecto, que cada dos por tres estén aquí". En cuanto al mobiliario urbano, Laura afirma que a ella, lejos de molestarle, le viene en cierto modo bien. "No sé qué puede molestar aquí, la gente se sienta en el banco y por lo menos mira la tienda", asegura.

Ricardo Luyando pasea por la calle Dato. A él no es el mobiliario lo que le estorba. "Lo que sobran son los políticos, así de entrada", manifiesta. Y en cuanto al pavimento, su opinión no puede ser más clara. "Esto está hecho mal desde el primer día, están todos los días poniendo baldosas y en cien años no acabarán hasta que no pongan un material como el de General Álava, a ver si son capaces, que no creo", asevera escéptico. Ricardo, que ha vivido media vida en Bilbao y la otra media en Gasteiz, cree que los políticos locales deberían fijares un poco en sus vecinos. "Aquello está en orden y esto está en completo desorden, aquí no se ponen de acuerdo para nada, sólo para subirse el sueldo", denuncia.

Javier Ustaran regenta uno de los comercios históricos de la calle Postas y resta importancia a la propuesta municipal de modificar el mobiliario urbano y el pavimento. "La calle Dato quizá esté un poco sobrecargada, pero también bonita, y el pavimento sí que está un poco viejillo en Postas", admite, pero "lo fundamental es que los políticos, desde Cuerda hasta aquí, quitando a Cuerda, se han cargado el centro de Vitoria, han dejado esto como si fuera el patio de un geriátrico", critica. Y, "encima, se van a llevar el Ayuntamiento a San Martín, con lo cual van a terminar de matar el centro, que piensen un poco en eso antes de cambiar el mobiliario", aconseja.