LA distancia media entre la Tierra y el Sol ronda, en función de la época del año, los 150 millones de kilómetros. Dentro de unos meses, quizá semanas, tamaño salto ya no resultará un escollo insalvable para la comunidad científica dado que una compañía alavesa acaba de construir el mayor telescopio solar del mundo, una estructura descomunal que facilitará a toda esa comunidad internacional una capacidad de observación del astro rey sin precedentes. La empresa en cuestión responde al nombre de Talleres Gometegui, eslabón fundamental de una alianza empresarial y estratégica sellada junto a otras dos firmas vascas, Talleres Hilfa y la ingeniería Idom. El resultado de esta unión a lo largo de los últimos meses de trabajo es un gigantesco esqueleto de acero al carbono de 25 metros de altura y cuatro metros de diámetro, dotado además de una tecnología óptica de vanguardia que proporcionará la más detallada visión de la superficie solar "jamás obtenida", sostienen en la ingeniería vizcaína. El proyecto ultima estos días su puesta a punto en Basauri, donde se ha montado la infraestructura y donde ayer se inauguró de manera oficial, y en breve partirá desde el Puerto de Bilbao hasta la isla de Maui (Hawai).
El emplazamiento no es casual. El Observatorio Solar Nacional norteamericano, mecenas del telescopio, se ha decantado finalmente por este lugar para instalar el extraordinario ATST (Advanced Technology Solar Telescope, en inglés) debido a sus óptimas condiciones meteorológicas. Desde la altitud del monte Haleakala, la comunidad científica asegura que los resultados no tardarán en llegar, especialmente los relacionados con el estudio de los campos magnéticos solares, las llamaradas o la física del plasma y la astronomía. "Sin duda que aprenderemos aún más sobre el sol y las interacciones sol-tierra", explica un científico ligado al proyecto, que ha sido financiado por la National Science Foundation y coordinado por la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía (AURA).
alianza estratégica La materialización con éxito de semejante monstruo ofrece varias lecturas. De una parte, afianza la trayectoria de Gometegui dentro del sector de los bienes de equipo de grandes dimensiones al haber cumplido con éxito en su primera experiencia industrial con este tipo de estructuras. En segundo lugar, corrobora el cambio de tendencia que viene sufriendo el tejido empresarial vasco desde el estallido de la crisis hace ahora justo un lustro, un nuevo escenario donde los antaño competidores son ahora grandes aliados, llevando a cabo proyectos tan competitivos como el presentado ayer. "No hay duda de que las cosas han cambiado y el foco nos lleva ahora más hacia la colaboración que el enfrentamiento. Gometegui no habría sido capaz de ejecutar este proyecto sin la ayuda de Talleres Hilfa", justifica Asier García, gerente de la firma alavesa. Y en tercer lugar, el ATST abre una vía de escape hacia el futuro y la nueva forma de hacer de las compañías vascas, un contexto donde prime y se potencie la calidad y la innovación en detrimento de la mano de obra menos cualificada. "Es nuestra idea, desarrollar la materia gris en Euskadi y potenciar todo lo que represente un valor añadido si queremos ser competitivos desde casa", añade García.
Fruto de esta reflexión es el plan estratégico que la firma alavesa acaba de ultimar, y que pasa, entre otros, por aumentar su peso internacional. Para ello está a punto de inaugurar su primera fábrica en el extranjero, concretamente en Polonia, y en breve apostará por un proceso de multilocalización que le llevará en un primer momento hasta Perú. "Debemos tecnificarnos más porque en un lugar como Euskadi tenemos que apostar por el valor añadido", reafirma el gerente.
polo positivo Es el peaje, aseguran, de la crisis; tener que salir a buscar fuera lo que escasea en casa. Un escenario impensable hasta no hace mucho tiempo y una reflexión casi mántrica en la que insiste con vehemencia el máximo responsable de Mondragon Internacional, Josu Ugarte: "España está en crisis. El mundo no", sugiere el ejecutivo vasco, que añade: "Está demostrado que en aquellas empresas que tienen al menos una fábrica en el exterior ha crecido el empleo en su planta matriz".
Y en esa línea quiere trabajar la compañía del Valle de Aiala, que en estos momentos da empleo a 179 trabajadores y aglutina a otras dos filiales en el País Vasco, VB Steeltech y RV Coolingtech. Ambas complementarias con una trayectoria industrial que abarca sectores como el eólica, hidráulico, aeronáutico o naval.
El futuro de Gometegui, reconoce su gerente, está ligado a la internacionalización -de ahí su apuesta inmediata por Polonia y Perú- y a preservar una política de alianzas estratégicas como la que hace un año le permitió junto a Hilfa adjudicarse este colosal telescopio. Una nueva forma de entender las relaciones empresariales que no sólo le permitió acceder a un "mundo nuevo" como el de la construcción de telescopios gigantes sino que de su éxito es probable que puedan surgir nuevas oportunidades. Proyectos como el que planifica en estos momentos la Agencia Espacial Europea, el mayor telescopio del mundo -dos veces más grande que el construido por Gometegui- que probablemente sacará a concurso el año que viene. "Si España continúa dentro de la Agencia es posible que tengamos una oportunidad. El fantástico polo generado en Euskadi con Hilfa e Idom nos ha ayudado a posicionarnos en el mundo".