Vitoria. Cada vez más jóvenes estudian en euskera (el 83%). Esto genera no pocas inseguridades dentro de las familias castellanohablantes y, sin embargo, la mayoría no duda en matricular a sus hijos en modelos euskaldunes. ¿Seré capaz de apoyar a mi hija en sus estudios desde casa?, ¿es un handicap en su formación?... Estos días muchas personas se estarán formulando estas y otras preguntas que están detrás de una realidad objetiva: el conocimiento de euskera se ha multiplicado (hay 300.000 euskaldunes más que hace 25 años), pero no así su uso. Este desequilibrio no responde solo al desconocimiento del euskera por parte de muchos padres. Pero la implicación de las familias (euskaldunes o no) en la transmisión del euskera a sus hijos es determinante para que lo hablen fuera de clase, así como en la vitalidad de la propia lengua.
Por este motivo, el Gobierno Vasco ha decidido otorgar a las familias un papel central en la labor de transmisión del euskera que vienen desarrollado casi en solitario escuela y euskaltegis. Ayer se presentaron en Vitoria y Bilbao sendas iniciativas encaminadas a este fin. Por un lado, el viceconsejero de Política Lingüística, Patxi Bastarrika, defendió en el Parlamento Vasco el Plan de Acción para la Promoción del Uso del Euskera (ESEP), cuyo objetivo fundamental será "acortar la distancia entre el conocimiento y el uso". El ESEP, que recoge 99 medidas y 335 acciones concretas, pone especialmente énfasis en la transmisión familiar del euskera, aprovechando que una de cada tres familias tiene la oportunidad de hablar euskera en casa.
Por otro lado, el Departamento de Educación, euskaltegis y comunidad educativa invitaron a aitas y amas que aún no dominan el euskera a que acudan a los cursos específicos que organizan los euskaltegis, como los 6.500 padres que ya lo han hecho desde 2008. "La transmisión está en nuestra mano", afirmó ayer la viceconsejera de Educación, Arantza Aurrekoetxea, durante la presentación de la campaña de matriculación que se celebró en la sede de Euskaltzaindia.
Aurrekoetxea estuvo acompañada en el acto por los responsables de los euskaltegis públicos y privados, así como por la coordinadora de la Confederación de Padres y Madres de la Escuela Pública Vasca (EHIGE), Lurdes Imaz; el presidente de la patronal de los centros religiosos (Kristau Eskola), Mikel Ormazabal; o el presidente de Ikastolen Elkartea, Koldo Tellitu.
Empezar un idioma desde cero puede dar cierto vértigo, pero cada vez son más quienes lo superan. No en vano, el 45% de las 36.000 personas que el año pasado acudieron al euskaltegi estudiaron el primer curso. De ellas 18.438 estaban en edad de tener hijos (26-45 años) y 1.470 estudiaron un curso específico dirigido a padres. En este sentido, la coordinadora de las AMPAs de la escuela pública vasca señaló que "las familias tenemos un reto" a la hora de transmitir y fomentar el uso del euskera entre los más pequeños y que para ello "necesitamos formación". Según Lourdes Imaz, las familias deben hacer suyo el euskera "para trabajar adecuadamente con nuestros hijos e hijas así como para tejer complicidades y colaborar con los profesores".
Con el fin de desterrar todos los mitos que existen alrededor del euskera, Imaz recordó el mensaje que Amets Arzaiuz leyó en la pasada edición de la Korrika: la lengua materna es la que elegimos, la que elegimos usar para nuestras relaciones cotidianas, no la que nos ha tocado al nacer. Así, la representante de EHIGE subrayó que "cualquiera puede adoptar el euskera como lengua materna, al menos si quiere. Todos tenemos la oportunidad de usar el euskera".
Tras reconocer el gran avance vivido por el euskera las últimas décadas, el presidente de Kristau Eskola consideró que en el camino ha habido "un error" de cálculo, al creer que "en un corto periodo de tiempo íbamos a vivir y normalizar el euskera por matricular a nuestros hijos en modelos euskaldunes". Y ello habría ocurrido porque gran parte de la responsabilidad se ha depositado solo en la escuela.
Koldo Tellitu abundó en la idea de que "el esquema aprender/conocer/usar no es automático", si no se completa con la transmisión del idioma. El presidente de las ikastolas afirmó que hay tres maneras que favorecen esta transmisión: hablar a los hijos y al entorno en euskera (y si no se sabe hacer el esfuerzo de aprender para hablar), trabajar espacios de ocio en euskera y crear actitudes positivas hacia esta lengua. "Toda la sociedad tiene que tomar parte en este empeño y todos tenemos que dar ejemplo". Por este motivo, la viceconsejera Aurrekoetxea invitó a todos los aitas y amas que aún no dominan el euskera a que acudan a los euskaltegis "porque allí van a encontrar unos cursos específicamente diseñados para ellos".