vitoria. Septiembre es sinónimo de inicio de curso, no sólo escolar sino también político. Y, aunque tradicionalmente es la romería de Olarizu del lunes la que marca el pistoletazo de salida de la actividad institucional, en el Ayuntamiento de Vitoria ya se vislumbra lo que van a deparar los próximos meses. Un otoño caliente para el gobierno de Javier Maroto que, pasada la mitad de legislatura, sigue estando en minoría -el PP tiene 9 de 27 concejales- y, por tanto, obligado a pactar con la oposición para alcanzar su anhelada estabilidad institucional para Gasteiz.

La oposición lo sabe y consciente de la debilidad política del gobierno ha comenzado ya a fijar posiciones de cara al debate de ordenanzas fiscales -tasas e impuestos- y a la negociación de los presupuestos para 2014. Asuntos ambos de vital importancia para las arcas municipales puesto que definen los ingresos que el Ayuntamiento va a tener el próximo año y, por tanto, los gastos a los que puede hacer frente en un ejercicio, el próximo, que también se presenta con recortes.

Hasta ahora, el alcalde ha mostrado su predilección por el PNV, partido gracias al cual ha sacado este año por vez primera los presupuestos adelante. Ha hecho algún guiño a Bildu con el proyecto del Gasteiz Antzokia -del que nada se sabe aún- y más o menos ha obviado a los socialistas de Patxi Lazcoz, con quien sigue manteniendo una fría relación. A Maroto se le ve a gusto en este escenario y es probable que quiera repetir el guión.

El PSE está dispuesto a negociar, según anunció ayer su portavoz, pero con condiciones. La fundamental, que el debate de las ordenanzas fiscales y el de los presupuestos se celebre de forma conjunta. Esto es, que ingresos y gastos se negocien a la par. Y, además, que los populares no crucen la línea roja en materia de protección social y empleo. ¿Qué significa esto? Que Maroto garantice las ayudas sociales a las familias que carecen de cualquier tipo de ingresos, active políticas reales de empleo -Álava es el territorio estatal donde más ha subido el paro el último año-, garantice el empleo público y ponga fin a su política de recortes.

Visto lo visto es previsible que el alcalde gire su mirada de nuevo hacia los jeltzales de Gorka Urtaran. El portavoz nacionalista sigue argumentando que si un acuerdo con el PP es bueno para la ciudad, pactará. Pero ayer fue más allá al señalar que la voluntad del PNV es que el Presupuesto de 2014 se apruebe entre los cuatro grupos de la Corporación. "Si no es así, ya veremos qué mayorías surgen en el Ayuntamiento", manifestó. Urtaran espera que a finales de septiembre el alcalde reúna a todos los partidos para consensuar unos ingresos y gastos para el Ayuntamiento. "Ya no se puede escudar en la retirada de los presupuestos como hizo en 2012 porque existe una sentencia judicial que le prohíbe echarlos para atrás antes de debatirlos", explicó el jeltzale Urtaran.

También Bildu considera que es mejor una negociación a cuatro que a dos. La coalición está dispuesta a hablar con todos los grupos pero deja claro que la iniciativa de la negociación corresponde única y exclusivamente al gobierno. "No vamos a permitir que ningún otro partido nos marque el cómo, cuándo y qué", señaló ayer Kike Fernández de Pinedo. El portavoz de Bildu tiene una idea clara del presupuesto que necesita Gasteiz y también fija unos mínimos que Maroto debe cumplir: garantizar un empleo público y de calidad, no más despidos y no más recortes.