gasteiz. La charla, Visiones de Guerra y Paz: Los Murales de Irlanda del Norte, tendrá lugar a partir de las 19.00 horas en el espacio M3moria Gunea. En ella, Rolston intentará explicar "por qué comenzó a pintarse en Irlanda del Norte y por qué se sigue pintando ahora".

¿Qué motivó a los habitantes de Irlanda del Norte a pintar los primeros murales alusivos al conflicto?

El primer mural que apareció en Belfast fue en 1908, pero no estaba conectado con el conflicto. Aún así, es interesante saberlo porque significa que hay una tradición muy arraigada de muralismo. Los murales que había en los 70 tampoco eran tan políticos como los que surgieron después, aunque poco a poco se iban introduciendo más. Fue en 1981 cuando aparecieron los primeros murales republicanos -coincidiendo con la huelga de hambre de varios presos de este bando- y cinco después, en respuesta, surgieron los lealistas. Querían explicar a las comunidades locales de qué trataba este conflicto. Para los republicanos era un conflicto en contra del imperialismo británico, y para los unionistas, de mantener el status quo y de que los republicanos no se impusiesen. Eran, sobre todo, una muestra de afirmación propia.

¿Servían también, en cierta medida, para marcar el territorio?

Sí, pero no en un sentido tan estricto como puede suceder en Los Ángeles, donde puedes encontrar murales de bandas que dicen a partir de aquí estás en nuestro territorio. Los murales en Irlanda están pintados desde el corazón, no necesariamente en los límites de las comunidades, aunque también es evidente que avisan sobre el lugar donde te encuentras. En todo caso, en los puntos más álgidos del conflicto, las probabilidades de no estar en tu comunidad eran muy bajas, así que el mensaje no era tanto para que no se entrase, sino para la gente que estaba dentro. Eran mensajes para la comunidad propia.

¿Cómo eran esos primeros murales?

Cuando comenzó el conflicto contemporáneo, los murales empezaron con la huelga de hambre de 1981, así que muchos de los murales republicanos contaban con ese nexo común. En respuesta, el bando unionista comenzó a pintar murales de hombres con pasamontañas y armados.

¿La eclosión de estos murales políticos fue un reflejo del recrudecimiento del conflicto?

1972 fue el peor año -hubo 479 víctimas mortales-, así que no es un hecho paralelo. Además, durante 70 años, los unionistas generalmente pintaron murales alusivos a una batalla de 1690, la Batalla del Boyne, más históricos que políticos, aunque esa batalla fuese la que aseguró que a partir de ese momento los protestantes tendrían el dominio sobre Irlanda del Norte.

Ahora que la resolución del conflicto se encuentra encauzada, ¿qué ha pasado con esos viejos murales y qué se pinta ahora?

La mayoría de esos murales antiguos ya no existen, porque los mejores muralistas pintan sobre sus propias obras para hacer otras nuevas. Si miras a los murales que hay ahora, en el lado republicano los hay que hablan sobre el presente y el futuro, aunque también sobre hechos del pasado, alusivos a hechos que están sin resolver. Resumiendo los murales republicanos en los últimos 15 años, lo que dicen es que la paz es difícil, que la comunidad está comprometida con ella, pero también que hay cosas que todavía reclaman y demandan. Reclamamos igualdad, una policía justa, que esta masacre de hace 30 años sea resuelta...

¿Y qué hay del bando unionista?

Ellos encontraron mucho más difícil la paz, se dieron muchas ambivalencias en torno a este proceso. Así que desde entonces se han pintado anuncios publicitarios de hombres armados, trasladándose a su comunidad el mensaje de que no se han rendido. Si preguntas a los unionistas qué quieren, te dirán que no quieren una Irlanda unida, que no quieren terroristas en el Gobierno y que no quieren ningún cambio en la policía -de mayoría protestante-. Por este motivo, para ellos es muy difícil pintar sobre el presente, porque les amenaza. Y por eso también es difícil hacerlo sobre el futuro, porque no quieren cambios. Ése es el motivo por el que todavía están pintando hombres armados.

¿Qué le parece esta experiencia de pintar un mural sobre los sucesos del 3 de marzo aquí en Zaramaga?

No soy quién para opinar en este sentido, pero creo que es muy interesante y complejo enfocar un mural sobre las víctimas. Me recuerda a la misma temática de murales sobre víctimas en Irlanda. La gente tiene el derecho de recordar y conmemorar a los muertos, aunque en ocasiones sea un tema politizado.