vitoria. A pesar de que el parque de viviendas de Euskadi permanece absolutamente estancado después de la explosión de la burbuja inmobiliaria, más de 116.000 pisos están vacíos. Los datos del Instituto Vasco de Estadística, Eustat, acaban de dibujar el retrato robot del censo inmobiliario y ponen de manifiesto que el 11,4% del millón largo de viviendas que se levantan en Hegoalde está sin ocupar y cuatro de cada cien son segundas residencias, con lo que solo el 84,5% son usadas por las familias vascas como hogar principal.
Aunque el precio que se paga en las capitales vascas es sensiblemente mayor que en el resto del Estado, históricamente, el País Vasco ha presentado una de las mayores tasas de ocupación residencial. Sin embargo, ahora el stock de pisos vacíos se está incrementando y han pasado de los 94.287 de 2001 a los 116.295 de la actualidad.
un mar de ladrillo En plena paralización del mercado inmobiliario -solo en junio bajó un 54% la firma de hipotecas- llama la atención que en casi la mitad de los municipios vascos una de cada cuatro viviendas no sea la principal. La proporción de inmuebles inmovilizados es aún mayor en las localidades alavesas de Leza (69%), Labastida (66,3%) y Añana (63,4%) y en la vizcaina de Sukarrieta (63,4%). Un enorme mar de ladrillo parado después de seis interminables años de crisis.
Sin embargo, la última década en Euskadi también refleja el furor que atravesó el sector inmobiliario. El parque de viviendas en Euskadi era de 1.020.131 en noviembre de 2011, según el Eustat. Comparado con el año 2001, suponía 141.515 viviendas más o, lo que es lo mismo, 14.152 más al año.
Más de la mitad de ellas se ubican en Bizkaia, 530.355. Gipuzkoa, con 333.260 viviendas, representa el 32,7%, mientras el 15,3% restante, 122.466 viviendas, corresponde a Araba. La evolución durante la década muestra dos quinquenios diferenciados: el primero, entre 2001 y 2006 alcanzó el 11,7% de subida, 102.429 viviendas más; en el segundo, 2006-2011, el crecimiento se limitó al 4%, es decir, 39.086 viviendas adicionales.
pinchazo de la burbuja El todopoderoso imperio del ladrillo propició que, en los primeros cinco años, se disparará el número de pisos. Casi la mitad del crecimiento del conjunto de Euskadi desde 2001 lo absorbió Bizkaia, algo menos de un tercio (29,5%) Gipuzkoa y el cuarto restante (24,1%) Araba, ésta última claramente por encima de su peso de población. Pero desde 2007, cuando la burbuja pinchó y el fenómeno de caída de precios y ventas fue imparable, eso pasó factura en los tres territorios que mostraron una drástica desaceleración en el quinquenio más reciente. En el período 2001-2006 Bizkaia aumentó su parque de viviendas un 10,7%, tres veces más que en los siguientes cinco años, cuando creció un 3,1%. En Gipuzkoa y Araba la desaceleración fue menor. En el primer caso se pasó del 10,1%, para la primera mitad, al 3,9% para la segunda y en el caso alavés, con cifras significativamente más altas, lo hizo del 19,2% al 7,2%, dos veces y media menos. Gasteiz fue la capital que más creció, un 28,9%, en estos últimos diez años (25.116 viviendas más), seguida de Donostia, con un 15,4% (11.966 más), y Bilbao, 9,6% (13.988 casas adicionales). Pero también ha sido en la capital vizcaina donde la ralentización ha sido más acusada.
En este contexto de crack, el mercado inmobiliario tiene todo en contra para recuperarse. Los precios siguen bajando, pero la falta de financiación y las expectativas de que el ajuste todavía no ha tocado fondo mantienen paralizadas las ventas. Para algunos expertos y para muchos ciudadanos los precios todavía no han bajado lo suficiente, y los informes confirman que el retroceso acumulado desde el inicio de la crisis apenas es una séptima parte del encarecimiento registrado en la época del boom.
el salvavidas El diagnóstico del Eustat también retrata algunas características del equipamiento del censo inmobiliario. La antigüedad media del parque de viviendas familiares de Euskadi era de 39,7 años, 33 años en Araba, 40,3 años en Gipuzkoa y 41,4 años en Bizkaia. Una vejez que apunta a que el maltrecho sector de la construcción puede tener un importante salvavidas en la rehabilitación y en las reformas.
En cuanto a la superficie media útil, Araba presenta las viviendas familiares más grandes, con 91,9 metros cuadrados, seguida de Gipuzkoa, con 86,9, y de Bizkaia, con 85,5, resultando una superficie media útil para el conjunto de Euskadi de 86,9 metros.
Un 68,4% de las viviendas familiares tiene instalación de ascensor, lo que representa un incremento de 4,9 puntos con respecto a 2006. Además, más de la mitad de las viviendas familiares, el 54,4%, se ubica en edificios con más de diez pisos e incluso un 7,4% corresponde a edificios de más de cuarenta viviendas. Por el contrario, una de cada diez viviendas se encuentra en inmuebles de una o dos viviendas. Del mismo modo, el 54,4% de la viviendas de Euskadi tenían gas distribuido por tuberías.