presidente de la federación vasca de deportes aéreos

vitoria. Está siendo un verano accidentado para su práctica deportiva.

Es que solo se habla del deporte aéreo cuando hay accidentes. Es algo que tenemos asumido. De lo que no se habla, por ejemplo, es de que hay un deportista nuestro que ha hecho mil kilómetros en los Alpes en una de las pruebas más complicadas a nivel físico que existen, la Red Bull, que es hacer todos los Alpes con parapente y subiendo montañas.

A veces se ven involucrados en siniestros que son muy llamativos.

Es un deporte muy espectacular cuando hay accidentes porque efectivamente son llamativos. Pero accidentes hay en todos los deportes. Esta mañana he tramitado un parte y ha sido la rotura del dedo de un pie.

¿Y este año?

Este año llevamos registrados diez accidentes que, en una media de 700 federados, es poquísimo. Estamos en unos porcentajes muy bajos. Ya me gustaría que en otros deportes pudieran decir lo mismo.

Pero son actividades que pueden generar accidentes más serios.

Sí claro, pero no necesariamente. Esto depende de la formación, del conocimiento y de la experiencia de los deportistas. Lo que ocurre con este tipo de deportes es que pueden derivar en deportes extremos... como por ejemplo en el wingfly que practicaba Bultó. Ojo, tienen esas variantes extremas pero no son deportes de alto riesgo.

¿Seguro?

Hay un dato contundente. Todos los días vuelan más de ocho millones de personas y todos los días no hay accidentes aéreos. El tema aéreo está regulado a todos los niveles. Cosa que no sucede en otras facetas porque yo puedo coger mañana una moto de agua, pagar los cánones correspondientes, y llevarme a ocho por delante. Con una avioneta debo tener el título de piloto, un plan de vuelo que debe conocer la torre de control...

¿Cree que hay mucho desconocimiento sobre estos deportes?

Mucho. El deporte aéreo requiere conocimiento, experiencia y casi todo el mundo que vuela es muy consciente de lo que hace y de los peligros que entraña. ¿Que se producen accidentes? Sí claro, como en todos los sitios. En el montañismo hay más accidentes mortales, pero claro si se compara con cuánta gente sube al Pagasarri y cuántos se matan... es una cifra ridícula.