Bermeo. no cabe duda de que merecen estar en este listado de las escaleras más impresionantes del mundo. Los 231 peldaños que componen el acceso desde la costa hasta el islote que alberga la ermita de San Juan de Gaztelugatxe se han colado en este peculiar top ten elaborado por la web www.cookingideas.es, especializadas en rankings curiosos, y que integra los escalones más extraños y empinados de todo el mundo.
Y es que, para poder acceder a las maravillosas vistas que ofrecen algunos accidentes geográficos, no queda más remedio que subir cientos de empinados escalones que, en el caso de San Juan, sirven para alcanzar los 150 metros de altura del peñón.
La enrevesada traza de las escaleras, su entorno natural impagable y la historia que rezuma cada peldaño desde hace cientos de años le ha supuesto a este tesoro turístico vizcaino acceder este peculiar listado.
El acceso es para quitar el hipo. Un estrecho camino que parte de tierra firme y cruza sobre las rocas por un puente de piedra permite llegar hasta la zona superior del islote después de ascender sucesivos tramos de escaleras jalonados con las estaciones de un tradicional Vía Crucis. Un itinerario que ha sufrido cambios a lo largo de los siglos y que mantiene un atractivo innegable. "Y eso que necesita muchos arreglos y que se adecente como se merecen los accesos por la carretera", denuncia Joseba Fernández, jubilado de 83 años recién cumplidos y portavoz de la comisión de vecinos que se encargan del mantenimiento de las escaleras y del entorno del recinto religioso de la cumbre. Asegura que "la parte superior de las escaleras necesita una buena rehabilitación para que estén como Dios manda. Muchos turistas se quejan de ello". Joseba lo sabe bien porque cada sábado del año, a eso de las 7.30 de la mañana, la comisión a la que pertenece se acerca hasta la costa para limpiar el recorrido, asear el espacio público ubicado al lado del templo y arreglar los desperfectos que muchos desalmados, "sobre todo juventud" apostilla Fernández, provocan más que nada en verano.
Mantenimiento de voluntarios Es esta comisión la que colocó hace unos años varios cientos de metros de barandilla de acero inoxidable desde el escalón 50 hasta arriba tras abonar una factura de 21.000 euros. También ha sido la que ha posibilitado que se inmortalicen las escaleras en fotos espectaculares, al atardecer y de noche, gracias a la luminaria instalada en la quebrada vereda. El coste de esta operación fue 24.000 euros, un dinero que proviene de la ingente actividad social que se genera en torno a San Juan de Gaztelugatxe. "Cada vez viene más gente a casarse y celebrar eventos, incluso hay cuadrillas que vienen a dormir al recinto que está frente a la ermita", desvela.
Este veterano bermeano se lamenta de que a pesar de que ya es muy conocido "todos teníamos que vender más este monumento". Arguye como impedimento para la promoción de esta joya turística "los cuatro dueños que tiene". Se refiere al Ayuntamiento de Bermeo como municipio donde se halla el islote, la Iglesia propietaria del recinto de culto, la delegación de Costas, autoridad en todo lo que repercute al entorno natural, y la Diputación Foral, responsable de los accesos viarios. "Todos tenían que unirse y sumar para poder promocionar esta maravilla" razona Fernández. De momento, el ente foral trabaja en un proyecto para resolver las carencias viales. Con mejores accesos seguro que se superan los 45.000 visitantes que el pasado año subieron esforzadamente cada uno de los peldaños de San Juan de Gaztelugatxe.