PAMPLONA. En lo que llevamos de año, según ha detallado, se han producido 113 muertes por ahogamiento en piscinas y playas, una cifra que ascendió a 186 el pasado año. En su opinión, "puede parecer que se ha producido un aumento de casos porque ahora se informa más" y ha precisado que "el azar juega un papel importante" en estos sucesos.

José Javier Varo, profesor de Atención Primaria en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra y director del Servicio de Urgencias de la Clínica Universidad de Navarra, ha opinado que "se podrían salvar vidas si la población tuviera conocimiento de maniobras de reanimación cardiopulmonar".

En este sentido, a través de un comunicado, ha remarcado que "cada minuto en parada cardiorespiratoria disminuye un 10 por ciento la supervivencia", por lo que, según ha expuesto, "si la maniobra se empieza en el minuto uno, tenemos un 90 por ciento más de posibilidades de que la víctima sobreviva que si empezamos en el minuto cinco". "Esos momentos son vitales mientras llega la ambulancia", ha subrayado.

Sobre las causas de los ahogamientos, ha apuntado que las más frecuentes son "la falta de supervisión en niños (el mayor índice de muertes por esta causa se producen en las bañeras de casa) y el exceso de confianza en adolescentes".

Además, a estas causas se suma, según ha explicado, "la posibilidad de que algo interfiera en el fondo durante la inmersión, como un problema de salud que lo haya precipitado o quedarse atrapado en el fondo, haber consumido alcohol o factores externos como las corrientes marinas".

Sobre los cortes de digestión, el especialista ha destacado que existe la "falsa creencia" de que ocurren por bañarse. Sin embargo, ha precisado que "esto no es así" y que "también cuando hacemos deporte u otro tipo de esfuerzo nada más comer se puede producir la misma sintomatología".

"Otra cosa es la hidrocución, es decir, la disminución de riego generalizada causada por una inmersión brusca en agua fría", ha explicado, para remarca que "esto sucede tanto si has comido como si no".

No obstante, Varo ha recomendado las dos horas de margen antes de sumergirse en el agua y evitar la inmersión brusca. "Sobre todo si es en agua fría debemos introducirnos poco a poco, mojándonos antes pies, muñecas y nuca para que el cuerpo se vaya adaptando a la nueva temperatura", ha aconsejado.

Asimismo, ha recomendado "no realizar esfuerzo físico justo después de comer porque resta sangre al aparato digestivo y dificulta el proceso de digestión".