Tokio. La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO), encargada de gestionar la central nuclear Fukushima-1, informó ayer de que se han descubierto nuevas filtraciones radioactivas en las inmediaciones de dos de los tanques que almacenan el agua contaminada en dicha centra nuclear. A pesar de que no se encontraron charcos ni hubo cambios sustanciales en los niveles de agua de los tanques, la posibilidad de que se haya filtrado agua contaminada es inevitablemente indescartable, según aseguró un portavoz de la compañía.

La operadora de la central nuclear de Fukushima estimó ayer que desde el inicio de la crisis atómica en 2011 podría haber vertido al mar hasta 30 billones de becquereles de material contaminado, en medio de su batalla por contener mayores fugas radiactivas. Según los datos que maneja el operador Tokyo Electric Power (TEPCO), la central ha podido verter en la bahía artificial frente a los reactores de la planta hasta 10 billones de becquereles de estroncio y 20 billones de becquereles de cesio desde que se desató la crisis atómica tras el tsunami de marzo de 2011. El cálculo aproximado de TEPCO, que es docenas de veces superior a los límites permitidos, se realizó tras analizar los niveles radiactivos detectados en el agua frente a la planta y en las fugas producidas desde que se desató el accidente nuclear.

Crisis nuclear No obstante, la operadora realizó esta predicción excluyendo los dos primeros meses de la crisis nuclear, a pesar de que las estimaciones publicadas durante el primer mes y medio tras el accidente revelaron que la planta pudo llegar a verter al mar unos 15.000 billones de becquereles de material radiactivo. Las estimaciones de TEPCO se producen después de admitir una nueva filtración de unas 300 toneladas de agua altamente contaminada desde uno de los más de 1.000 tanques con los que cuenta en la central para retener el agua contaminada.