Bilbao. En los seis primeros meses del año un total de 1.970 ciudadanos de la Comunidad Autónoma Vasca pudieron sustituir sus condenas penales por trabajos en beneficio de la comunidad, con lo que evitaron el pago de multas o el ingreso en centros penitenciarios. En todos los casos -según destaca el Departamento de Justicia del Gobierno Vasco- se trató de delitos leves, muchos de ellos relacionados con infracciones de tráfico o con la violencia machista.
La ejecución de las penas de trabajos en beneficio de la comunidad (TBC) se aplica en casos de delitos leves o menores y permite a muchas personas conmutar sanciones más gravosas, al tiempo que pueden continuar con sus vidas y trabajos al evitar, en algunos casos, entrar en prisión. El Gobierno Vasco, a través del Servicio Vasco de Gestión de Penas, se encarga desde hace dos años de tramitar el cumplimiento de las condenas impuestas a los delincuentes de casos menores a los que los jueces han decidido conmutar las penas privativas de libertad por trabajos en beneficio de la comunidad. Además de haber cometido delitos leves, las personas que cumplen su pena con servicios deben cumplir la condición de no ser reincidentes y de consentir en realizar los trabajos que les asignen, que no son retribuidos y deben ser de utilidad pública. Cuando se trata de determinado tipo de conducta delictiva, los penados también deben seguir cursos o talleres específicos que son impartidos por equipos multidisciplinares de sociólogos, psicólogos, trabajadores sociales y abogados.
Según los datos facilitados ayer por el Departamento de Justicia, entre enero y junio de este año 1.970 personas han visto sustituidas sus condenas por diversos trabajos al servicio de la sociedad. Una parte importante de estas personas -390- habían cometido delitos en el ámbito de la seguridad vial. En estos casos, los infractores acuden a talleres o realizan programas formativos o de reeducación en los que, a través de dinámicas de grupo, se trabaja en la concienciación para una conducción responsable. En estos cursos se advierte de los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol o de los estupefacientes y se trabaja la empatía con las personas víctimas de accidentes de tráfico. Estos cursos, talleres y programas tienen una duración máxima de seis meses y se llevan a cabo los viernes o sábados con el objetivo de no interferir en la vida social y laboral habitual de las personas que han sido penadas.
otros delitos En el primer semestre del año las personas que han cometido delitos contra la seguridad vial y han cumplido su castigo realizando trabajos y asistiendo a cursos suponen casi el 20% del total, mientras que en el año y medio anterior (entre agosto de 2011 y diciembre de 2012) representaban el 54,7% de las 3.640 personas condenadas por delitos menores que realizaron TBC en Euskadi. Así, en los últimos meses los castigos por infracciones de tráfico han perdido peso entre quienes conmutan penas por trabajos para la comunidad, al igual que quienes cometen delitos de violencia de género, que han pasado de representar el 28,5% en 2012 al 11,7% actual.
violencia de género Según las últimas estadísticas del Gobierno Vasco sobre TBC, las penas por delitos como hurtos, amenazas o lesiones son ahora las que más se conmutan por trabajos para la comunidad. Entre enero y junio, un total de 1.348 personas castigadas por delitos menores que no guardan relación ni con el tráfico ni con la violencia de género llevaron a cabo esos trabajos -son el 68,4% de los 1.970 penados-, mientras que en los 18 meses anteriores fueron 608, es decir, el 16,7% de las 3.640 personas que realizaron TBC en Euskadi entre agosto de 2011 y diciembre de 2012.
El Departamento vasco de Justicia destaca que las sustituciones de penas por trabajos en beneficio de la comunidad son frecuentes cuando se trata de los casos más leves de violencia de género. En el primer semestre del año se conmutaron un total de 232 penas de este tipo.
En estos casos las personas penadas también deben acudir a talleres o programas formativos de reeducación. Se trata de cursos con una duración de entre 8 y 10 meses y aunque cabe la posibilidad de impartir sesiones individualizadas, la mayoría son en grupo. En estos cursos los educadores inciden en todos los aspectos que tienen que ver con la igualdad de género y también se trabaja en el autocontrol de la violencia.
Los jueces y tribunales pueden imponer trabajos en beneficio de la comunidad en lugar del cumplimiento de otro tipo de condena cuando la pena de prisión no exceda el año. Excepcionalmente se podrá sustituir por una multa o TBC las penas de prisión que no excedan de dos años cuando se trate de delincuentes no habituales. Cuando la persona condenada sea insolvente también se podrá sustituir el pago de la multa por trabajos en beneficio de la comunidad.
La ejecución de la pena de TBC se regirá por el principio de flexibilidad para permitir que los penados puedan desarrollar sus actividades diarias -incluyendo en muchos casos jornadas laborales y otras obligaciones- y compatibilizarlas con los trabajos que les sean asignados. El trabajo en beneficio de la comunidad debe ser una tarea que no sustituya puestos de trabajo ni compita en el mercado laboral.
Agentes de la Policía Municipal de Bilbao detienen a un hombre cuyo delito podría ser castigado con trabajos comunitarios. Foto: zigor alkorta