CADA vez son más los usuarios que tienen malentendidos con las grandes compañías de electricidad, telefonía móvil etc. Quien más quien menos ha sufrido en alguna ocasión la espera al otro lado del teléfono de llamadas interminables en el tiempo que, casi nunca llegan a buen puerto, mientras escuchan un repetitivo politono. Indignación es lo que sienten los usuarios al intentar explicar su problema a una teleoperadora que atiende su llamada desde cualquier parte del mundo, que en la gran mayoría de las ocasiones no entiende bien el idioma o no sabe realmente cómo solucionar la consulta. Eso, si hay suerte y es una persona la que responde, no un contestador automático.
Una situación que actualmente padece Tomás Pinto López, gerente de la empresa Carrocerías Gorbea de Vitoria. Este gasteiztarra denuncia su situación a DNA porque desde hace unos meses recibe facturas equivocadas a nombre del negocio que representa sin haber contratado ninguno de los servicios que le cobra la empresa eléctrica Endesa. Tras días de espera y llamadas telefónicas infructuosas, la compañía no le ofrece una solución para zanjar este malentendido.
Todo empezó hace unos meses cuando la empresa de carrocerías recibió la primera carta, en abril, con un cargo a su nombre enviado por la entidad de red eléctrica al haber hecho uso de sus servicios. Asombrado, se puso en contacto con la compañía eléctrica para aclarar que entre ambos no había ningún acuerdo ni contrato. Desde Endesa le informaron de que existía un compromiso a nombre de su negocio. Pero para sorpresa del gerente, se había creado un contrato con la identidad de su comercio, pero con el nombre de un titular que no coincidía con los datos reales del propietario de la empresa Gorbea, ni de su gerente, ni de nadie relacionado con el negocio. Todo lo que aparecía en ese convenio era erróneo, según detalla la empresa. No sólo el nombre del titular, sino también el número de cuenta y la firma correspondían a un varón residente en Vitoria con ninguna relación familiar o profesional con la empresa ni ahora ni en el pasado.
Convencido de haber aclarado la confusión con Endesa, pasados unos meses, de nuevo le llegó otra factura en mayo. Harto ya de la situación, Pinto ha decidido denunciar el problema públicamente después de más de un mes de llamadas telefónicas, reclamaciones y denuncias, además de solicitar la inmediata anulación del contrato realizado, con datos falsos y la anulación de los recibos. Ninguna de sus peticiones ha sido tenida en cuenta.
Vivencias como ésta dan, sin duda, la razón a la Confederación Española de organizaciones de amas de casa, consumidores y usuarios (CEACCU), cuando asegura que en las compañías eléctricas han registrado un claro deterioro de sus servicios, tras un estudio realizado entre sus usuarios. En este informe aparecen estadísticas de consumidores que aseguran que las oficinas de atención al cliente se han reducido o desaparecido hasta un 37%, e incluso un 29% de los encuestados manifiesta que la atención telefónica es ahora de peor calidad. Asimismo, de entre todos aquellos usuarios que han tenido que tramitar alguna gestión de cualquier tipo con su compañía eléctrica, sólo al 20% le han resuelto correctamente el problema.