AMURRIO. Acaba de salir de una operación de cadera que llevaba tiempo esperando, pero no le temblará el pulso para acudir a las 18.30 horas de hoy al salón de plenos de la Casa Consistorial a cumplir con su función de pregonera. Hablamos de Josefina Burutxaga Ibarrola, la portavoz en Amurrio de la Asociación de Donantes de Sangre de Álava y una de las protagonistas indiscutibles de esta edición festiva.

"Estoy en postoperatorio, pero me han dicho que no voy a necesitar rehabilitación, así que aquí estoy aguantando mecha con los calores estos y bastante nerviosa de cara a mi intervención", asegura la que el pasado mes de abril fue investida en el teatro municipal, con la insignia Guk de oro que la proclamó amurrioarra del año 2012, en reconocimiento a la impagable labor altruista y voluntaria que ha llevado a cabo en cuatro décadas.

De hecho, Josefi -como se la conoce cariñosamente en el municipio- comenzó a donar sangre en 1973 tras una dura experiencia que le marcó profundamente y que le hizo concienciarse sobre la necesidad de donar sangre. "Mi marido tuvo un accidente cuando aún éramos novios y el entonces delegado de Amurrio de la Asociación de Donantes de Sangre de Álava, se encargó de buscar a cinco personas donantes para salvarle". A raíz de este incidente, "mi marido y yo nos hicimos donantes y también más familiares".

Desde entonces Josefina se ha implicado en cuerpo y alma con esta causa solidaria. No en vano, ha superado la barrera de las cien donaciones y desde hace 25 años ostenta la responsabilidad de ser la delegada en Amurrio de la citada asociación.

Donaciones en crisis

La pregonera quiere recordar a todos sus convecinos que "la sangre no se fabrica, sólo puede venir de otro ser humano y dura muy poco". "De ahí la necesidad de las donaciones que, últimamente, están bajando mucho, no se si por la crisis y los EREs en las empresas, pero es una realidad", advierte.

Amurrio es ejemplo de ello puesto que al año se realizan en la villa cerca de 700 donaciones, cifra que ha puesto a la localidad en la parte alta del ranking alavés. "Lo que más me gustaría es que de aquí a cinco años se doblara el número de donantes porque sé la necesidad que hay y lo importante que es realizar ese gesto", apunta Josefina, que aprovechará su intervención -como no podía ser de otra forma- no sólo para invitar a todo el mundo a la fiesta sino también para animar a sus vecinos y visitantes a hacerse donantes. Del contenido del pregón no quiere desvelar nada más, aparte de que "no será ni largo ni corto" y que lo ha redactado ella misma y "sin ayuda", subraya.

Quien quiera empezar las fiestas haciendo caso a la pregonera con este gesto de solidaridad hacia el prójimo, tendrá una oportunidad de oro, desde las 9.30 hasta las 13.30 horas de hoy viernes, acudiendo a la zona peatonal de la calle Larrinaga. Y es que allí estará aposentada la unidad móvil de la Asociación de Donantes de sangre de Álava, a bordo de un enorme autobús, para atender a todas las personas que, de manera voluntaria, se ofrezcan a donar su líquido vital. Esta no es la primera vez que las fiestas de Amurrio dan su pistoletazo de salida con este acto. De hecho, lo llevan haciendo desde 2010, cuando se atendió a cincuenta personas de las que "cinco fueron nuevos donantes, cuatro rechazadas por no cumplir los requisitos y otras diez no pudieron donar porque la respuesta superó nuestras expectativas y nos faltaron bolsas", explicó a DNA la propia Burutxaga hace cuatro años.

También en el arranque festivo de 2012 el citado autobús partió del municipio con el depósito lleno de solidaridad, ya que fueron 44 personas las que se acercaron a donar su sangre, aunque solo a 40 de ellas (seis eran nuevos donantes) se les permitió hacerlo. A ver qué pasa este año.