Navaridas quiere convertirse en punto de partida o llegada de lo que se conoce como la Ruta del Hierro por la cuenca del Ebro. Para ello, ha puesto a disposición de ese proyecto el palacio de los Sodupe, que albergaría un Centro de Interpretación del citado itinerario y del propio poblado del Alto de Castejón.

En ese proyecto se encuentra trabajando Miguel Ángel Fernández, alcalde del municipio, que hace escasas semanas llevaba al Pleno municipal la aprobación del pliego para contratar los primeros pasos de un proyecto con el que quiere dinamizar el turismo en la localidad. "Nosotros no tenemos bodegas grandes, ni monumentos espectaculares. Pero en Navaridas hay tesoros como la bodega del palacio Sodupe, del siglo XVIII o la iglesia. El poblado de la edad del Hierro y nuestros senderos que debemos poner en valor". Además el, planteamiento no se circunscribe tan solo a Navaridas, sino "que formamos un foco de atracción en la ruta Laguardia-Elciego. Estamos sacando a la luz un hito importante de los yacimientos de la edad del Hierro en la cuenca del Ebro".

El origen de todo este interés hay que buscarlo desde el momento mismo en el que se proyectó la mejora de la carretera entre Elciego y Leza y los ingenieros dictaminaron que como esa vía pasaba por el yacimiento del Alto de Castejón se debían realizar unas catas para no dañar lo que pudiera haber en el subsuelo. En ese momento, el Alto contaba ya con protección como Bien Cultural y los trabajos de cata se encargaron a la empresa Qark Arqueología, de Vitoria. Los trabajos de campo comenzaron el día 13 del mes de julio de 2010, terminando el día 18 de marzo de 2011, aunque posteriormente se han realizado otras catas y, especialmente, un trabajo de protección de la zona excavada.

El trabajo de excavación fue minucioso y sorpresivo. Se delimitó la labor en varios espacios. La zona 1, que se encuentra al sur del espolón que la separa de la zona 2. Se trata de una pequeña terraza separada de la carretera por un muro de contención. La zona 2, que está al norte de la zona 1 y la conforma una terraza de mayor tamaño que la anterior, situándose a una cota de altura considerable con respecto a la carretera (unos cuatro metros en el extremo sur), aunque esta terraza tiene una pendiente hacia el norte, lo que hace que esta altura disminuya progresivamente en esa dirección. Y la zona 3, que es la superficie situada en la zona más alta de Castejón. Y tras retirarse la capa de tierra vegetal, ya que se cultivaba viña en ese lugar, comenzaron "a aflorar toda una serie de estructuras circulares, de restos de hogares y de hornos que nos ofrecían un nuevo panorama: parecía que no nos encontrábamos ante un área residual sino ante una espacio habitacional o, incluso, de producción. La excavación de la parte norte de esta zona confirmó rotundamente esta hipótesis al documentarse varias edificaciones rectangulares de gran tamaño, estructuras que parecen continuar hacia el norte, más allá del área definida para la presente intervención".

En esos trabajos aparecieron abundantes restos de cerámica, e incluso algunas piezas metálicas, pero al interrumpirse los trabajos no se pudo llegar a valorar las dimensiones del poblado "ni el sistema defensivo que protegería este espacio; la pendiente que proporciona la terraza hasta el río, no parece configurar una defensa fuerte para todo este espacio, lo que nos lleva a pensar en la existencia de algún tipo de muralla o empalizada más allá del área afectada por la obra", según el informe del coordinador de la excavación, Leandro Sánchez Zufiaurre. Luego, la crisis paralizó la posibilidad de realizar más excavaciones. Pero para entonces, en Navaridas, el Alto de Castejón se había convertido en una bandera para los vecinos. A ello contribuyó la actitud de los técnicos de Qark. Que, desde el principio de los trabajos, hicieron partícipes de los descubrimientos a los vecinos, incluso con actividades en el propio pueblo y juegos para los más pequeños.

Ahora lo que se quiere es "poner en valor todo lo que tenemos", para que se convierta en un reclamo de visitas. Se proyectas, según cuenta el alcalde, Miguel Ángel Fernández, "una ruta entre la ermita y el pueblo que sirva para los paseos de los vecinos, pero también como una forma de llegar al pueblo desde la carretera dando un paseo" o la rehabilitación del palacio de los Sodupe, para albergar un Centro de Interpretación y un espacio para la realización de catas de vino.

El palacio señorial llamado popularmente como Casa de los Sodupe está en el centro del núcleo de población de Navaridas, en la calle Diputación Foral de Álava, en una parcela próxima a la iglesia de la Inmaculada Concepción. Se trata de un edificio residencial del siglo XVIII, de estilo barroco, situado en una parcela entre tres calles, protegida por un muro de piedra de diferente factura.

Al interior, el edificio se encuentra dividido en dos partes. La oriental, que pertenece a los propietarios de la vivienda privada, en la que prácticamente se mantiene la distribución original y la otra mitad que pertenece al Ayuntamiento de Navaridas. Respecto al programa interior, en el lado perteneciente al Consistorio, se encuentra el hall principal que está a nivel de calle, desde el que se divisa el acceso al calado o bodega al fondo. Desde este hall, de suelo y muros de piedra, se accede a dos estancias situadas a cada lado, antiguos granero y almacén, y frente al acceso, salvando dos peldaños y cruzando un vano adintelado, nos dirigimos a la escalera principal de dos tramos, suelo de piedra y cerámico y baranda de hierro que comunica con los pisos superiores. Dejando la escalera a nuestra izquierda, se llega hacia la zona que pudiera haber albergado las cuadras y por donde se salía al patio y, desde aquí, hasta el acceso a la bodega soterrada. En planta superior se encuentran las diferentes dependencias distribuidas mediante un pasillo central y en planta segunda se sitúa la cocina al otro lado de la escalera.

Bajo el edificio, en su extremo E, se encuentra la cueva o calado al que se accede por medio de una escalera de piedra cubierta con bovedilla de cañón. Se trata una de las pocas casas de la localidad de Navaridas que cuenta con bodega soterrada y destaca por su gran dimensión. Tiene dos partes, la primera más estrecha que la zona del fondo, y se cubre con arcos de medio punto de sillería con huecos entre ellos en los que se ve la roca. Al fondo se aprecia un canal de sección cuadrada sobre el que algunas publicaciones dicen estar comunicado con otra cueva en el lado saliente del Cerrillo, sin embargo, según el análisis realizado por arqueólogos, al menos hasta el momento, tras recorrer la totalidad del canal parece haber quedado inacabado.