Zamudio. Las vacunas contra la alergia, o inmunoterapia específica con alérgenos, es una forma de tratamiento que busca disminuir la sensibilidad a sustancias a las que se es alérgico. A día de hoy, la vacuna es la única terapia disponible que realmente es capaz de modificar el curso natural de la dolencia logrando que desaparezca, ya que la alternativa terapéutica actual es el tratamiento sintomático que no cura y que, además, no puede ser permanente en el tiempo.

Conscientes de que la alergia es una enfermedad que va in crescendo de forma exponencial en todas las sociedades desarrolladas, la compañía portuguesa Bial apostó decididamente por los nuevos fármacos en el mundo de la inmunoterapia. El laboratorio, con sede en Oporto, eligió el País Vasco para centralizar su actividad de desarrollo de vacunas de nueva generación. Así, en mayo de 2012 estrenó una nueva planta en Bizkaia con una inversión inicial de 12 millones de euros, a los que se sumarán otros 28 millones para el desarrollo de vacunas antialérgicas y métodos de diagnóstico en los que trabajan. Las investigaciones han dado sus frutos y la compañía espera tener en el mercado, a finales de 2014 o principios de 2015, la primera vacuna, mientras que las ocho restantes en las que trabajan estarían listas para el año 2017. La firma lusa distribuye sus productos en 50 países de Europa, América, África y Asia.

El trabajo en la planta de Bilbao, situada en el Parque Científico y Tecnológico de Bizkaia -fruto de la compra en 1998 del laboratorio vasco Ifidesa Arístegui y, en 2010, la entrada en el grupo de una compañía italiana dedicada a estudiar la alergia-, investiga y desarrolla vacunas antialérgicas personalizadas, alérgenos recombinantes, vacunas estandarizadas para un solo alérgeno, autovacunas y vacunas microbiológicos, además de diagnósticos in vivo e in vitro para alergias.

"El tratamiento con vacuna es el único que altera el curso de la patología; hoy en día los tratamientos existentes son sintomáticos, buscan paliar los síntomas que provoca la alergia. En cambio, la vacuna altera el curso de la alergia, la cura", explica Iñigo Pagoaga, director general de Bial en el Estado español.

Frente al polen La prueba de fuego para Bial tendrá lugar a finales de 2014 cuando el primer desarrollo llegue al mercado. Se trata de una vacuna para una alergia de polen (el pheleum) muy común en Europa. "Los alérgenos recombinantes tendrán más ventajas que los productos actuales", apostilla Pagoaga. La compañía lleva trabajando en este proyecto desde 2008 y comenzarán a comercializarla en el centro de Europa y a medida que vayan consiguiendo las autorizaciones venderla en otros países. "Cuando las nuevas vacunas en proceso de I+D estén ya concluidas nuestra idea lógicamente es abastecer al mundo", subraya Iñigo Pagoaga.

Otras tres vacunas que se están desarrollando en el Parque Científico y Tecnológico de Bizkaia se basan en alérgenos recombinantes, uno de los tres laboratorios europeos que tiene la infraestructura necesaria para poder trabajar estas técnicas. "Esperamos que lleguen al mercado a partir de 2017", añade con satisfacción.

El potencial de las vacunas de última generación de Bial, que serán principalmente subcutáneas, radica en la originalidad de la línea de investigación seleccionada. Hasta el momento solo hay dos empresas, una en Austria y otra en Alemania, que están realizando estudios con terapias recombinantes en el campo de las alergias, aunque los análisis se centran en alérgenos típicos de su geografía.

Pagoaga espera que de aquí a cinco o seis años las nuevas vacunas del futuro sean una alternativa registrada y con estudios y ensayos clínicos. "Frente a tener a los pacientes en tratamiento toda su vida, con las vacunas se ahorrará en gasto sanitario y en sufrimiento para el paciente, ya que en 3 o 5 años lograrán curar al alérgico".

Personalizadas La planta vizcaina de Bial permite la investigación y producción de vacunas personalizadas, que dan respuesta al grado de alergia que cada paciente presenta ante diferentes sustancias. "La sede bilbaina tiene vocación de internacionalizarse y catapultar el negocio de las vacunas contra las alergias, que actualmente representa el 10% de la facturación del grupo Bial en el Estado", explica Pagoaga.

Además de la planta de producción y centro de I+D de Zamudio, el Grupo Bial cuenta con otra fábrica dedicada a la producción y a la investigación, en este caso de enfermedades neurológicas, respiratorias y cardiovasculares, así como un medicamento contra la epilepsia, que ya está en 16 países de Europa, y está actualmente desarrollando en fase III otro fármaco para tratar el Parkinson.

En un contexto generalizado de recortes en los presupuestos públicos sanitarios y en investigación, Pagoaga reconoce que un país que no investiga y que no es capaz de desarrollarse tecnológicamente, hoy en día no puede competir con los mercados emergentes, ni podrá en el futuro. "Además, en estos mercados se está desarrollando mucha tecnología. Siempre tendremos la presión de que si queremos mantener nuestra calidad de vida como país debemos estar por delante de todo este tipo de acontecimientos. La investigación y desarrollo de este tipo de productos no es algo que puedas lanzarlos o detenerlos según la coyuntura económica y luego volverlos a retomar", explica con conocimiento de causa.

"En nuestro caso concreto, a pesar de la crisis, hay que seguir invirtiendo; los ensayos clínicos no se pueden paralizar. Hay que continuar invirtiendo; las consecuencias de no contar con una red de economía innovadora pueden ser tremendos", remacha Pagoaga.