la discusión no es nueva en absoluto. La resistencia al pago de la Ayudas de Emergencia Social (AES) por parte de las instituciones a los vitorianos que no pueden hacer frente a diversos gastos del día a día viene de antiguo. De antes de que hubiera crisis económica, de hecho. En su momento estos pagos, que como su nombre indica están destinados a mitigar urgencias puntuales de los ciudadanos, se convirtieron por la vía de los hechos en el soporte mensual para muchas familias, unas ayudas estructurales que correspondía pagar al Gobierno Vasco. La partida se acababa pronto, y entonces el Ayuntamiento gasteiztarra -y otros muchos por todo Euskadi- echaba mano de sus propios fondos. Casi una década después, tras la aprobación de la nueva Ley de Servicios Sociales, otro intento fallido de sacar adelante una Ley Municipal que delimite competencias, y muchas discusiones inútiles por el camino, el problema se reproduce de nuevo, sólo que con una grave depresión económica a la que hacer frente como añadido.
Eudel, la Asociación de Municipios Vascos, ha hecho un llamamiento al Ejecutivo autónomo del lehendakari Iñigo Urkullu para pedirle que ponga más dinero y el consejero de Empleos y Asuntos Sociales, Juan María Aburto, ha respondido que de donde no hay no se puede sacar. El Gobierno carece de fondos para ampliar la partida pese al notable incremento de demandantes que ha causado la modificación de los baremos para ser acreedor de las ayudas.
Y así las cosas, las alarmas se han disparado en Gasteiz. La concejala de Asuntos Sociales, Ainhoa Domaica, se apresuraba ayer a lanzar un mensaje de "tranquilidad, de responsabilidad y de prudencia", y aseguraba confiar "en la palabra dada por el Gobierno Vasco y en su buena disposición para realizar las aportaciones complementarias necesarias que garanticen la financiación de las Ayudas de Emergencia Social hasta final de año".
Los socialistas en el Consistorio vitoriano, sin embargo, no creen que el cobro de las ayudas por parte de los perceptores esté ni mucho menos garantizado en todo 2013. El grupo municipal del PSE trataba de explicarse ayer a qué "buena predisposición" de Lakua se refería Domaica cuando Aburto ya ha dicho que la caja está vacía.
Según los socialistas, las instituciones se dedican en esta materia a "pasarse la pelota el uno al otro, generando incertidumbre en miles de personas perceptoras de estas ayudas" y reproduciendo de esta forma las viejas discusiones competenciales que históricamente han mantenido Ayuntamiento y Gobierno Vasco en esta materia.
3.000 beneficiarios En la capital alavesa, en concreto, son más de 3.000 las personas que han acreditado la necesidad de estas subvenciones que costean arreglos de electrodomésticos, compra de gafas o reparaciones de calzado, necesidades básicas que se han multiplicado en la capital alavesa en los últimos tiempos.
El alcalde, Javier Maroto, "tiene la responsabilidad de exigirle al Gobierno Vasco que cumpla y pague. Basta de regalar el bienestar de los vitorianos y vitorianas. Ya ha sido suficiente con los 130 millones de euros que nos han quitado del nuevo hospital y de la ampliación del tranvía como para ahora dejar a su suerte a miles de personas que no saben cómo llegar a final de mes", denunciaba el concejal socialista Peio López de Munain.
De momento, el Gobierno local del PP ha pactado con el PNV destinar los 600.000 euros que hay en la caja de la sociedad municipal de aguas, Amvisa, al pago de las AES, así como a la ayuda a personas desahuciadas y a otros fines sociales. El PSE afeó tanto a PP como a jeltzales que recurran a dinero destinado a cooperación al desarrollo para cubrir temporalmente el agujero de las AES, aunque desde el gobierno de Javier Maroto se aseguró que en la actualidad no hay ningún proyecto solidario relacionado con el líquido elemento en el que gastar ese dinero, y por lo tanto "el Ayuntamiento no puede tener 600.000 euros ociosos en Amvisa", según señaló Domaica.
Los socialistas creen, por su parte, que si Maroto no consigue que el Gobierno Vasco se haga cargo de las AES, el municipio debe sufragar las ayudas. "Debe aportar el dinero pero siendo exquisito en su manera de actuar", explicó la concejala socialista Marian Gutiérrez.