Santiago. La catástrofe ferroviaria que tiño de luto Galicia entera en vísperas del Día del Apóstol despertó una marea de gestos solidarios de una población, la gallega, que supo reponerse desde el primer segundo a la conmoción para ayudar en lo que buenamente estaba en su mano. Lo hicieron los vecinos de Angrois, barrio en la que se sitúa la fatal curva donde descarriló el Alvia con destino Ferrol. Antes incluso de que llegasen todos los efectivos de emergencia al lugar del trágico accidente, muchos de ellos saltaron a las vías con sábanas y mantas para cubrir los cuerpos sin vida que poco a poco se iban rescatando del amasijo de hierros en el que se convirtió el tren.

Otros, ayudados con un pico, se encaramaron a los restos del convoy para intentar romper las ventanas y ayudar a los bomberos en las tareas de rescate. Algún bar abrió sus puertas como cantina improvisada para atender a quienes hasta allí se desplazaron en busca de agua, información o un minuto para descansar la mente de las dantescas imágenes que se veían en la vía.

Martín Rozas no viajaba en el tren accidentado, pero desde el bar que regenta su familia, situado a unos escasos 50 metros de donde aterrizó el vagón que voló por encima del talud, ayudó lo que pudo. Según relató, los clientes y los dueños de este bar del barrio de Angrois -unos 150 vecinos en la zona rural de Santiago-, los primeros en llegar a prestar los auxilios al vagón, que había aplastado el palco de la feria. Algunos de estos vecinos no dudaron en romper con sus propias manos los cristales de las ventanas del tren para rescatar a las víctimas.

Algunas, reconoció Martín, se les murieron en las manos "con mucha pena". "Era algo espeluznante", aseguró este joven, que en cualquier otra víspera de las Fiestas del Apóstol habría cerrado el bar sobre las once de la noche. Sin embargo, la de 2013 no la olvidará jamás, y no solo porque tuviera el bar abierto hasta el amanecer. Solidarias también fueron las cientos de personas que respondieron al llamamiento lanzado por los servicios de emergencia para donar sangre. Se formaron incluso colas a la puerta del Complejo Hostipalario Universitario de Santiago. Igualmente, muchos profesionales de la sanidad que, no estando de turno, se desplazaron hasta este hospital para echar un cable en la atención a las decenas de heridos.

Una cuadrilla de coruñeses donaron sangre de madrugada en el hostipal. Estaban afligidos y acudieron a la llamada de las autoridades sanitarias porque "es lo mínimo que podíamos hacer" ante lo ocurrido y en este día, el de los Fuegos del Apóstol, cancelados por un pueblo, el gallego, "que está consternado".

Con ellos llegaron otros compañeros. No obstante no pudieron responder a la situación de emergencia porque había bebido. "Muy poco, pero por poco que sea no está permitido", razonaba Silvia. Marcos es de Pontevedra. Quería acudir al espectáculo pirotécnico en la Plaza del Obradoiro, que se suspendió. Su idea era regresar a su ciudad una vez concluida esta "mezcla de diseño, de luces y 3D que siempre sorprende", pero decidió demorar su partida.

En el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, mientras esperaba, preguntaba: "¿Cuáles son los últimos datos, por favor?, ¿se necesita algo? Un compañero mío iba a viajar en ese tren. Menos mal que al final por cuestiones laborales no lo ha cogido. Qué tragedia, qué desgracia tan grande".

Camas gratis para las familias La respuesta de la población fue tal que en algunos centros de Santiago se vieron obligados a retrasar las donaciones para próximos días. A la vez, se habilitaron otros, en Vigo, A Coruña, Ourense, Ferrol, Lugo... donde también se formaron atascos humanos en las calles. Por responsabilidad, los desplazamientos se realizaron el miércoles en taxi, para no entorpecer la entrada a los complejos médicos. Otra vez más, tras una tragedia, una estampa de unión. No solo en este terreno. Lorena, una joven ourensana, antes de someterse al pinchazo, miraba un mensaje en su móvil, que leyó en voz alta: "Increíble. Los hosteleros pondrán camas totalmente gratuitas a disposición de los familiares".