Rio de Janeiro. El Papa Francisco ha sido considerado un "revolucionario" desde que fuera Arzobispo de Buenos Aires. Ahora, como pontífice, esta cualidad trae de cabeza a los encargados de su seguridad, ya que la sencillez que demuestra en su vestimenta también la exige en las medidas de protección. Eduardo Paes, alcalde de Río de Janeiro, ha querido dejar claro que "el Papa Francisco estará totalmente seguro". "Río de Janeiro celebrará la mejor Jornada Mundial de la Juventud de la Historia. No pasará nada malo, porque el pueblo de Río es muy acogedor", ha manifestado. El pontífice ya se ha dado cuenta de esto y ayer por la mañana, tras pasar su primera noche en la capital carioca, escribía en su Twitter: "Gracias! Gracias! Gracias a todos ustedes y a todas las autoridades por la magnifica acogida en tierras cariocas".
Para sorpresa de todos los presentes, Francisco se trasladó desde el aeropuerto hasta la ciudad en una pequeña camioneta Fiat, sin blindaje, y únicamente escoltada por unos pocos efectivos a pie y en motocicleta, como había elegido personalmente. La comitiva fue asaltada en varias ocasiones por fieles emocionados que querían recibir al recién llegado Papa, pero uno de las escenas de mayor confusión surgió cuando, por un error del conductor, al tomar un giro, la comitiva se retrasó casi 15 minutos para recorrer 500 metros, ya que había un atasco de autobuses. Según explica Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, "ese fue un momento algo difícil, pero fue el momento en que el Papa pudo ver el entusiasmo de la gente". Y añadió que "quizás ésta haya sido una primera experiencia, quizás sea algo nuevo, y veremos qué pasará la próxima vez. Pero, por la actitud del Papa, pudimos ver que, para él, este entusiasmo es algo normal". Francisco, lejos de entrar en pánico, bajó la ventanilla y saludó a la multitud.
Especialistas en seguridad citados ayer por el diario O Globo afirman que el Papa quedó "vulnerable" y "expuesto" a riesgos innecesarios. En este contexto, el doctor en Aplicaciones y Planificación de Seguridad, coronel Diógenes Dantas explicó que "el hecho de que el automóvil del jefe de la iglesia haya quedado atrapado en el tránsito es considerado un error grave por las normas de seguridad internacional de autoridades". Tras el incidente en el automóvil, el pontífice atravesó la gran masa de fieles en un Papamóvil al descubierto, desde el que fue saludando a los fieles más cercanos e, incluso, besó y bendijo a un niño a petición de su madre.
Continúan las protestas El debate sobre la seguridad del Papa es especialmente intenso debido a las protestas, que han regresado a las calles con motivo del viaje del Papa para asisitr a las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ). El lunes, coincidiendo con su llegada, 1.500 personas, según la policía, se manifestaron cerca del Palacio de Guanabara, donde tenía lugar la recepción de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff y otras autoridades. Cuando el Papa abandonó la recepción, la policía y los manifestantes se enfrentaron.
Como consecuencia de la reyerta, hubo cuatro heridos y siete detenidos. Dos de los heridos son un fotógrafo de la agencia Afp y otro de O Globo que recibieron impactos de objetos en la cabeza. Un policía tuvo que ser trasladado con "urgencia" a un hospital tras sufrir quemaduras en el tórax. El cuarto es un manifestante que recibió un tiro con una bala de goma. En el enfrentamiento también se detuvo a tres personas por llevar cócteles molotov, una por arrojar piedras a los uniformados y una quinta por desacato.
Además, se arrestó a dos personas más por "incitar a la violencia". Estos detenidos son Felipe García y Felipe Gonçalvesde Assis, miembros del grupo Mídia Ninja, que retransmitían la manifestación en directo. Finalmente, la policía dispersó con balas de goma y gas lacrimógeno a los disturbios. Según la policía, los manifestantes que protagonizaron los enfrentamientos, en una de las calles cortadas para evitar el acceso al Palacio, gritaron consignas en contra de el Gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral.
Anteriormente, un grupo de cerca de 2.000 personas se manifestó en el estadio de fútbol de Laranjeiras en defensa de los derechos de los homosexuales. Como parte de la reivindicación, muchos de los presentes se besaron y algunas mujeres mostraron sus pechos, lo que molestó a los peregrinos que se encontraban en el lugar, pero no hubo ningún enfrentamiento.