MADRID. Así lo ha manifestado el abogado Abdon Núñez, que defiende a la familia de Belén Langdom, tras concluir la declaración de B.S., amiga de la víctima. Durante su testifical, los abogados han confirmado su sospecha de que la empresa de Miguel Angel Flores podría haber vendido entradas en colegios.

"Todo estaba calculado. El que vendía las entradas era un menor al que Diviertt le daba invitaciones. Está claro que Diviertt organiza una fiesta vendiendo entradas para menores, con una ausencia total de control de acceso y eso trajo consigo una desgracia", ha señalado el letrado.

Durante dos horas, la joven ha relatado los momentos de "angustia" vividos en el vomitorio después de que unas personas de seguridad "con chalecos amarillos" cerrasen las puertas de acceso a la pista central en el momento de la actuación de Steve Aoki.

"No paraba de repetir la palabra angustia, iba de la mano de Belén, cayeron al suelo y cuando se intentaron levantar se le cayeron encima siete personas. Escuchó gritos de auxilio de 'nos estamos muriendo', 'No podemos respirar' y tenía el brazo torcido. Ella le clava las uñas a un niño que tenía encima para comprobar si respiraba", ha explicado Núñez.

Según el abogado, la menor habría confirmado que nadie de la organización ni de Kontrol 34 la prestó auxilio ya que fue rescatada por uno de los asistentes a la fiesta. Una vez que recuperó el conocimiento, se despertó en un baño en el que había más de 50 chicas en el suelo en su misma situación.