LA población de Arraño en Llodio ya conoce los detalles de los dos proyectos redactados desde el Ayuntamiento para remodelar la zona de las canchas deportivas. De hecho, antes de llevarse a cabo la intervención, para la que hay reservada una partida de 20.000 euros dentro del plan de inversiones de este año, se han mantenido dos reuniones con los vecinos, de cara a que sean ellos los que marquen sus prioridades para mejorar el área del campo de futbito de este barrio. La última tuvo lugar el pasado jueves 4 de julio y "pronto haremos pública la conclusión", apuntó el portavoz del equipo de gobierno, Koldo Zabala, que también calificó de "transparente, participativa y democrática" la gestión realizada en los dos años que Bildu lleva al frente del Consistorio.
En concreto, Arraño ha tenido que escoger entre convertir en miradores las dos torres de cuatro metros de altura que se encuentran situadas en uno de los laterales del citado campo de fútbol sala, o pintar la cancha con un juego de sombras especial y crear una zona de juegos infantiles. El primer diseño pasa por construir escaleras e instalar barandillas para asegurar la accesibilidad, que no estarían cubiertas; mientras que el segundo también permitiría transformar en mirador, con vistas a toda la localidad, una de las torres del campo. Ésta no ha sido ni la primera ni la última vez que Arraño es consultado en torno al futuro diseño urbanístico del barrio. Y es que el Ayuntamiento también tiene intención de presentar al vecindario la propuesta técnica que se esta redactando para mejorar la accesibilidad de esta zona, antes de poner fin al proyecto.
En torno a este tema, Zabala adelantó que la solución "no pasará por colocar escalera mecánicas, ya que no son accesibles según las normativas". Y es que la cuesta de San Roque, que conduce a la conocida como casa de Aceros, "tiene un desnivel difícil de salvar", así que las únicas alternativas pasarían por la instalación de un ascensor para llegar a la parte alta o rampas "de nivel adecuado", matizaron.
Sin Auzolan para Gardea Por otro lado, la falta de presupuesto ha dejado a Llodio fuera del Plan foral de relaciones vecinales auzolan o veredas, al que el municipio se presentaba por primera vez, de cara a crear un área de esparcimiento en el exterior de la ermita de Santa Cruz de Gardea.
En concreto, Llodio había solicitado una ayuda de 28.846 euros para adquirir los materiales con los que instalar en este entorno seis mesas de madera con sus respectivos bancos, plantar 40 árboles de especie abedul, y crear un área de recreo infantil, ya que la mano de obra iba a correr por cuenta de los vecinos que se prestaran a colaborar. De hecho, se trata de un plan de trabajo comunitario para fomentar las relaciones vecinales que está funcionando muy bien en localidades de menor tamaño y que Llodio también confiaba funcionara en este barrio.
Y es que transformar la zona y hacer compatible el uso religioso del entorno de este templo con el social o de disfrute para los vecinos, es una actuación muy demandada en este barrio que, dada la situación económica, tendrá que esperar. La partida foral reservada este año para acometer este tipo de planes en todo Álava asciende a 1,16 millones de euros, aunque el máximo a percibir por cada municipio interesado era de 30.050 euros, siempre y cuando hubiera presupuesto.