Navaridas. El Ayuntamiento de Navaridas hace aguas a causa de la tensa relación entre gobierno y oposición, acrecentada tras haber aprobado con un decreto de alcaldía la renovación de la gestión del bar por un precio inferior al adjudicado anteriormente y sin haber consultado a los dos concejales del PNV que conforman la oposición.
Se trata de una más de las presuntas irregularidades detectadas, según el concejal Francisco Javier Madinabeitia (PNV), que comenzaron a poco de la toma de posesión del actual alcalde del PP Miguel Ángel Fernández. Según el concejal del PNV, al principio ofreció su apoyo al alcalde, a pesar de haber sido una moneda lanzada al aire la que decidió el nombre del titular de la alcaldía, al existir un empate tras el escrutinio de los votos hace dos años.
A pesar de las muchas críticas que recibieron de algunos vecinos por ayudar al alcalde, Paco Madinabeitia trató de colaborar desde el convencimiento de que "era lo que tocaba durante los próximos cuatro años por el bien de Navaridas". Así fue durante un año, hasta mayo de 2012, cuando el alcalde buzoneó una carta "sólo a algunos domicilios" en la que explicaba que "la deuda que tiene actualmente el Ayuntamiento es como consecuencia de una gestión heredada de la anterior legislatura". Según el concejal peneuvista, "a los que habíamos estado antes nos sentó muy mal y a los pocos días fuimos a hablar con él. Nos dijo por activa y por pasiva que no quería acusar a nadie, pero yo le insistí. Nos pidió disculpas y las aceptamos".
Pocos días después, los cinco concejales mencionados le enviaron un escrito en el que se le pedía al alcalde que elaborase una nueva carta en la que aclarara que "la responsabilidad de la actual situación económica del Ayuntamiento no debe ser achacada a la Corporación de la anterior legislatura", y que le diera a ese escrito la debida difusión para que todos los vecinos recibieran la aclaración necesaria". El alcalde se negó en rotundo a dar difusión a esa rectificación y esto motivó que la colaboración se redujera.
Según cuenta este concejal, "a nosotros nos utilizaban para tener quórum, porque a la hora de decidir, como tenían mayoría, hacían lo que querían". Por esa razón los Plenos se celebran cuando el alcalde quiere. El penúltimo fue en diciembre, en un día en que una de las concejalas podía acudir desde Galicia, lugar donde vive, y el siguiente a finales de junio de este año". En éste último, la secretaria municipal dijo que el apartado de ruegos y preguntas era para el público, no para los concejales, y se ausentó de la sala porque -según ella- lo que se tratase no entraba en el acta, "lo que es totalmente falso y una ilegalidad".
Otra de las cuestiones que crispó la vida municipal es que la secretaria certificó como votados por unanimidad unos acuerdos de obras de los vecinos de Navaridas que no habían sido votados por los concejales del PNV. La última polémica es la de la adjudicación del bar municipal y la rebaja realizada en el alquiler, pese a que había sido adjudicado mediante subasta con la concurrencia de otros interesados. Según el concejal, el alquiler pasó de 200 euros a 120 mensuales y "eso no se puede hacer". El Ayuntamiento de Navaridas está integrado por dos concejalas y un alcalde que no viven en el pueblo y otros dos, del PNV, que si.