vitoria. Incidentes con los vehículos de FCC, quejas en el buzón ciudadano por la poca rigurosidad en la limpieza de algunas zonas de Vitoria, denuncias de trabajadores, sensación entre la ciudadanía de que las calles están más sucias... La tensión crece en la plantilla de la firma a un año de que expire su contrato con el Ayuntamiento. Antes, el gabinete de Javier Maroto tiene que sentar las bases del servicio que desea para los ocho o diez próximos ejercicios, sacar la contrata a concurso y adjudicar la limpieza y recogida de residuos a ésta u otra empresa. Un proceso largo, pero fundamental, ya que de la decisión que se adopte dependerá la calidad del servicio de limpieza de la próxima década. No hay que olvidar que se trata de la factura más cara de las arcas municipales -24 millones al año-. Un caramelo para cualquier empresa. Puede que sea por esta razón, por los nervios de última hora, por lo que los trabajadores están alzando la voz en los últimos meses. A través del comité, las protestas han llegado a los grupos de la oposición. Quejas por presiones a los trabajadores, sanciones, etc. en un clima que los sindicatos han llegado a calificar, incluso, de "persecución", explica el portavoz socialista, Patxi Lazcoz. Precisamente, el PSE lleva hoy el asunto de la limpieza viaria y la recogida de residuos a la comisión de Medio Ambiente. También Bildu, que se interesará por los últimos incidentes ocurridos con algunos de los vehículos utilizados para barrer las calles.

Además de ser el contrato más importante del Ayuntamiento desde el punto de vista económico, la contrata de la limpieza da trabajo a cuatrocientas personas, aproximadamente, una plantilla mayor a la de muchas pequeñas empresas. Y eso es precisamente lo que los socialistas plantearon en el debate sobre el estado de la ciudad, que el servicio pase a manos del Ayuntamiento para ser gestionado de forma directa por una sociedad creada para tal fin. Calculan que la ciudad se ahorraría una media de 4,2 millones de euros al año.