el copago farmacéutico, o más bien el repago de los medicamentos, entró ayer en vigor en las boticas alavesas con normalidad y sin incidentes destacables, aunque, eso sí, provocando una mezcla de indignación y resignación entre sus usuarios. También dudas, por descontando, pese a la intensa labor informativa que han desarrollado los farmacéuticos a lo largo de los últimos días. A partir de ahora, Euskadi se suma al resto de comunidades autónomas del Estado que desde hace un año ya aplican esta tasa farmacéutica impuesta por el Gobierno central del PP, un copago que se traduce en un aumento medio del coste de los medicamentos de un 25% entre la población activa. La otra gran novedad que trae de la mano el sistema es que los pensionistas también tendrán que pagar por sus fármacos, al igual que los parados, en los tres casos más o menos cantidad en función de su renta.

Por recordar algunas cifras, las personas pensionistas deberán pagar con carácter general el 10% del precio del medicamento con un tope mensual por persona establecido en función de sus ingresos. Así, quienes perciban menos de 18.000 euros anuales desembolsarán un máximo de 8,14 euros al mes, a la espera de concretarse las medidas compensatorias que pretende implantar el Gobierno Vasco. El copago ascenderá a 18,32 euros al mes para las rentas que oscilen entre los 18.000 y los 100.000 euros y de 61,08 euros para las que superen esos 100.000. Alcanzados los topes, los afectados ya no deberán afrontar más desembolsos. Aunque hasta ahora siempre ha sido conveniente acudir a la farmacia provisto de la Tarjeta Individual Sanitaria, ahora este trámite adquiere ya rango de obligatorio para poder llevar a cabo los pertinentes cruces de datos.

En lo que respecta a las personas trabajadoras y sus beneficiarios, si sus rentas son inferiores a los 18.000 euros seguirán costeando el 40% del precio de los medicamentos adquiridos con receta oficial, como sucedía hasta ahora. Si superan esa cifra pagarán el 50% y por encima de los 100.000 euros abonarán el 60%. En todos los casos, quedarán exentos del copago las personas afectadas por síndrome tóxico, las que sufran una discapacidad contemplada en la normativa específica, las perceptoras de RGI o de pensiones no contributivas, las paradas de larga duración cuando se les haya agotado el subsidio o las que se encuentren en tratamientos derivados de accidentes de trabajo o enfermedad profesional.

La llegada del copago provocó ayer algunos momentos de agobio en las farmacias alavesas, porque no hay que olvidar que el proceso de venta ahora se ve ralentizado y además muchos usuarios aún no están informados de todas las novedades, pero por lo general la jornada se resolvió "francamente bien". Así lo entendió Pedro Rivero, presidente del Colegio alavés de Farmacéuticos en declaraciones a este periódico. "Se esperaba normalidad y finalmente así ha sido; no ha habido ningún tipo de problema, tanto por parte de la gente como por el funcionamiento del sistema. Y en los próximos días todo irá incluso mejor y la gente estará más informada", describió Rivero, que recorrió en persona varias farmacias de Gasteiz para conocer de primera mano la implantación del copago.

Cuestionado sobre la oportunidad de aplicar ahora este sistema, en plena crisis económica, Rivero advirtió de que el Colegio "no tiene una opinión al respecto", sino que se ha limitado a "aplicar la operativa para que nadie pague más de lo que debe" y evitar las devoluciones de dinero a posteriori, como sí sucede en otras comunidades. En caso de que los ingresos del paciente no se correspondan con lo recogido en los sistemas informáticos -para calcular el copago este año se tendrá en cuenta la declaración de la Renta de 2011, lo que puede generar problemas-, Rivero recomienda acudir a los organismos correspondientes, como el INSS.

"al límite" A pie de farmacia, las críticas al nuevo sistema no se hicieron esperar. Gonzalo Ranero, pensionista, que acudió a la céntrica botica de la plaza de la Virgen Blanca a por medicamentos no dudaba en censurar un recargo más para las maltrechas arcas familiares que no hará sino llevar más "al límite" a un buen número de familias. Tanto él como su esposa tendrán un recargo máximo de 8,14 euros mensuales. "Está muy mal haber trabajado toda la vida para esto; realmente es poco dinero, pero fastidia mucho", lamentó Ranero. "Cuando ya parecía que este problema se había solucionado, ahora nos vienen con éstas", insistió el pensionista. Dentro, las farmacéuticas se veían desbordadas por momentos ante la avalancha de pacientes.

En otra farmacia céntrica, de la que es propiedad Íñigo Puente, la jornada también transcurrió con el lógico trasiego que trae de la mano una novedad de estas características pero también "con normalidad, a grandes rasgos". "El programa funciona y, además, la gente está informada y viene con su tarjeta sanitaria. Ya estaba todo preparado desde hace días y se ha dado información a los pacientes, que además preguntaban sobre el tema", aseguró Puente. Sin entrar a valorar en exceso un sistema que no le gusta, el profesional también valoró la "buena predisposición" de los ciudadanos al repago en su contacto con el farmacéutico, conscientes de que "no depende de él".

En la calle las quejas se repetían. Como las de Ana Rosa Puras, trabajadora, que por suerte no ha sufrido ningún recargo en los medicamentos al encontrarse por debajo del umbral de ingresos de los 18.000 euros anuales. Algo que no esconde su indignación ante esta medida, sobre todo en lo que toca a las personas mayores y desempleadas. "Que hagan pagar a la gente mayor o a la que está en paro me parece fatal, manda narices", censuró Puras, para quien con la aplicación de esta medida "acaban pagando justos por pecadores", en alusión al despilfarro de medicamentos que históricamente se haya podido dar.

Al hilo de esta cuestión, la también pensionista Ascen Payueta era ayer una de las pocas vecinas que aprobaban la puesta en marcha del copago: "No me parece mal porque se ha abusado mucho de los medicamentos, me parece vergonzoso que se hayan tirado tantos cuando tienen el coste que tienen". Y eso que, en su caso, a Payueta ayer le cobraron un recargo de 18,32 euros cuando en realidad debería encontrarse en el escalón justo inferior.