VITORIA. Mientras los rectores vuelven a plantarse ante el ministro de Educación, José Ignacio Wert, esta vez por su intención de subordinar la cuantía de las becas de estudio al rendimiento académico; el Gobierno Vasco ultima la convocatoria de becas universitarias del curso 2013-2014. Euskadi es un verso suelto en el río revuelto por el que navega la Universidad española esta legislatura, entre otras cuestiones, porque es la única comunidad autónoma con la política de becas transferida. Gracias a ello, aunque la crisis también afecta, el derecho de los estudiantes vascos a la Educación Superior es más sólido en Euskadi que en cualquier otra comunidad.

La autonomía en materia de becas ya se ha dejado notar este curso, como lo demuestra el hecho de que solo se haya incrementado las denegaciones de las becas un 5% (en términos absolutos hay 875 becarios menos de 16.621 solicitantes) frente a una pérdida de la mitad de becarios en el Estado, tal y como ha declarado esta semana la presidenta de la Conferencia de Rectores (CRUE), Adelaida de la Calle. El Ejecutivo vasco incluirá ahora nuevos cambios en la política de becas en la que desaparecen ciertos complementos y se añaden otros, fundamentalmente, para promover la cultura del esfuerzo, como un plus de 200 euros para los becarios brillantes.

Según el borrador de la Orden a la que ha tenido acceso este periódico, el Departamento de Educación no plantea emular el nuevo decreto de becas que pretende aprobar el ministro Wert, que propone repartir la ayuda en dos partes, una fija (de un máximo de 1.500 euros) mucho más baja que la actual; y otra variable, cuya cuantía dependerá de la renta familiar, las notas del alumno y del presupuesto que quede después de repartir la parte fija. Euskadi mantendrá la estructura básica de las becas (matrícula, material didáctico, salario, desplazamiento interurbano, residencia y añadirá el complemento de aprovechamiento académico), pero eliminará el componente de transporte diario que se incluyó este curso, después de que el Gobierno de Patxi López cancelase la convocatoria para los estudiantes que no habían logrado la beca. Los motivos de esta decisión obedecen a su escasa incidencia (este curso 339 alumnos han disfrutado de la ayuda) y económica, ya que se pretende destinar su coste (111.720 euros) a otras cuestiones, como el plus de 200 euros por aprovechamiento académico a los becarios con 9 en selectividad o pasen limpios de curso.

Tampoco serán variados los umbrales de renta, ni se elevará el nivel académico a fin de equipararlo con el 6,5 de nota de entrada que opera en España y que los rectores quieren que Wert rebaje. Es más, Educación va a reducir la exigencia académica a los estudiantes de la rama de Ciencias de la Salud (Medicina, Enfermería, Odontología, Veterinaria ?) para obtener una beca. A partir del curso que viene, los universitarios del ámbito sanitario podrán renovar la beca si superan el 70% de los créditos matriculados el curso anterior, en vez del 75% como hasta ahora, y como en el resto de las titulaciones, menos Ingeniería y Arquitectura, que deben superar el 60% porque se entiende que los resultados medios son más bajos porque son más duras.

Educación ha decidido dar un tratamiento diferenciado a los estudiantes de estas carreras ya que, a pesar de que suelen tener un buen rendimiento académico, algunas de sus titulaciones tienen una carga lectiva superior, como Medicina, al condensar en menos años un número elevado de créditos, lo que influye en el rendimiento que se obtiene. De hecho, la mayoría de las matrículas de esos estudios no adaptados al Espacio Europeo de Educación Superior están por encima de 75 créditos y muchas superan incluso los 100. Con esta medida, si se baja el porcentaje de créditos que los alumnos deben aprobar, se compensaría el hecho de que se matriculen en más créditos.

Rendimiento por salario Otra de las grandes novedades es que Educación va a solicitar rendimiento académico adicional para poder recibir el componente salario. El importe de esta ayuda es de 3.500 euros y únicamente se concede a las unidades familiares con ingresos más bajos a quienes, hasta ahora, solo se les exigía acreditar su situación económica.

A partir del curso que viene, quienes accedan por primera vez a la universidad deberán acreditar además una nota de al menos un 6 en la selectividad y un 7 en la carrera para los estudiantes de Máster. Y para la renovación deberán superar el 80% de los créditos del curso pasado, un 75% en Ciencias de la Salud y el 65% en Ingeniería y Arquitectura. De los 9.714 universitarios que este año han logrado una beca, 1.102 tienen un nivel de renta 1, el más bajo. Y según las estimaciones del Gobierno Vasco, el 60% de este colectivo más desfavorecido cumpliría los requisitos académicos que se les exigiría para obtener el componente de salario.

Con esta decisión, el Departamento pretende evidenciar que la concesión de un importe tan elevado de ayuda no se hace de forma automática sino que exige un esfuerzo por parte del estudiante. Por otro lado, también se ha modificado a 54 de 60 el mínimo de créditos de los que un alumno de debe matricular.