vitoria. El zapatero remendón ha dado mucho de sí a lo largo de la historia. Será por la atmósfera comprimida de los talleres o puede que por la fascinante meticulosidad del oficio. Quién sabe. El caso es que ha acabado incluido en proverbios y refranes, en cuentos infantiles, en canciones y hasta en las interpretaciones de sueños. En la Edad Media, incluso, llegó a ocupar los lugares de privilegio en los acontecimientos de la época. Y aunque ya no existe esa suprema adoración, el respeto por dicha figura ha llegado a nuestros días, por mucho que ahora antepongamos el producto barato de usar y tirar a ese arreglo duradero en un zapato bueno, obsesionados -a veces obligados- por el ahorro inmediato.
Dicen que el refranero es sabio, y de ahí tantas sentencias que recuerdan las habilidades y el empeño de estos artesanos. Por ejemplo, Zapatero remendón, ya en el oficio lleva el don o Zapatero remendón, que da puntadas sin ton ni son. También ha habido éxitos musicales inspirados en sus artes, como la canción de los setenta del grupo de rumba catalana Los Amaya, Zapatero remendón, arréglame los zapatos, le pones la suela entera y también le pones tacos. Yo no sé lo que me pasa, que no puedo caminar. ¿Y qué hay de aquel hit de Manolo García de los noventa? Ese que decía Se reparan botas, bolsos de cuero y alpargatas, canastos de mimbre, diademas de borlas (...). Mándame en un sobre tu sonrisa rota, yo te la compongo, que soy zapatero, que soy zapatero, que soy zapatero remendón.
Esta profesión también ha inspirado a escritores, como la mejicana Araceli Mancilla o el catalán Teodoro Baró. Teníanle los niños mucha afición, que él les agradecía poco, pues consistía en molestarle; y al salir de la escuela, en vez de ir directamente a sus casas, tomaban por la callejuela y pasaban corriendo delante del tenducho, gritando: zapatero, zapatero, echa suela en el puchero, zapatero remendón, te has comido un gran ratón, relata uno de sus cuentos. Hasta ZP se ganó su propio refrán a costa de este oficio. Zapatero remendón de tanto rico, ladrón, le recriminaron los sindicatos.