Vitoria. Un total de 3.936 personas fueron atendidas durante 2012 en los despachos de acogida de Cáritas Diocesana de la capital alavesa. Este dato llega de la mano de otro que explica que fueron 14.481 las entrevistas mantenidas. A partir de ellas, se ofrecieron 20.767 respuestas; 1.761 fueron apoyos económicos. Además, se derivó a 1.537 personas a los distintos programas de la organización donde los voluntarios ofrecieron su apoyo y acompañamiento. Registros, en cualquier caso, duros para una sociedad acostumbrada a la opulencia durante lustros.
El perfil de las personas que acudieron a Cáritas en 2012 ha cambiado con respecto al constatado en años anteriores. La pobreza detectada por esta ONG sigue siendo marcadamente femenina: 61% frente al 39% de hombres. Sube el número de personas nacionales atendidas, alcanzando un 25,7% en 2012 (en 2011, fue de un 22%). Además, la organización estima que una tercera parte de las personas que recibieron apoyo económico el pasado año no tenían ingresos ni derecho a prestaciones públicas.
Sin embargo, Cáritas destacó ayer en la presentación de su informe anual cambios sustanciales en otros aspectos del perfil de los atendidos. Los datos recogidos el pasado año en los despachos de acogida revelan que un 31,75% de las personas atendidas tenía entre 31 y 40 años. En ese segmento de edad se sitúan personas con responsabilidades familiares (un 47% de los atendidos). Ha aumentado, por tanto, el número de familias afectadas por la crisis económica, en comparación con lo observado en años anteriores en los que el perfil apuntaba a personas solas. Del total de atendidas, un 55,8% estaba en situación de desempleo.
En la presentación de su informe anual, Cáritas habló de familias que se encuentran en una situación de pobreza que perdura en el tiempo. Casi una tercera parte de las personas atendidas llevan más de tres años demandando ayuda. El empeoramiento de la situación de estas personas responde al desempleo sostenido y al consecuente endeudamiento de las familias. Además, la organización católica detecta un preocupante deterioro de las relaciones familiares de las personas con dificultades. El desgaste de la red principal de apoyo es una consecuencia del mantenimiento en el tiempo de la dependencia de la ayuda que precisan de terceros; normalmente, familiares directos. Todo ello, acaba por dibujar un horizonte de desesperanza y desmotivación, que se une a otras dificultades que encuentran en el camino, como obstáculos en la tramitación de ayudas o el agotamiento del subsidio de desempleo.
Horizonte de desesperanza Además, durante 2012, Cáritas llevó a cabo importantes inversiones y actuaciones con el objetivo de reforzar y mejorar la formación y las actividades desarrolladas en el ámbito de la inserción por el empleo. Entre el trabajo acometido estuvo el traslado de los talleres ocupacionales Lagun Artea y Artezale a la antigua casa parroquial de Abetxuko. También el servicio Lan Bila (bolsa de trabajo en el hogar) cambió de ubicación y atiende ahora a los empleadores de servicio doméstico en la calle Castillo de Quejana. El pasado año, el servicio Lan Bila atendió 1.304 demandas de trabajo; fueron cubiertas, 226.
Además, durante 2012, tuvo lugar la constitución de la cooperativa Berjantzi, formada por Cáritas Diocesana de Vitoria y la Red Koopera. Se concreta así, una línea de trabajo de aprovechamiento del proceso de reciclaje de la ropa como medio de formación y capacitación, para la inserción laboral.
En definitiva, la acción de Cáritas supuso en 2012 un gasto superior a los 2,2 millones de euros. El gasto en promoción de personas fue de 594.896; los ingresos ascendieron a 2.225.910 euros; las aportaciones de socios contabilizaron 352.629 euros; las colectas, 256.015; los donativos, 700.564,04 y las subvenciones recibidas de las instituciones públicas, 399.802. El trabajo de acompañamiento a las personas y apoyo a la actividad de los programas fue realizado por 765 voluntarios. Un total de 1.572 socios hicieron posible con sus cuotas el sostenimiento de una parte importante de las acciones.