Hubo una época en que fumar era varonil, sensual, cautivador. Los personajes de las películas atiborraban la pantalla de humo en memorables momentos de blanco y negro, con la chulería del pitillo en la comisura del labio, la solemnidad de una pipa o la elegancia de una larga boquilla. El tabaco era romántico... Hasta que se impuso la realidad, una que no es varonil, ni sensual, ni cautivadora, que pinta los pulmones de chapapote, enferma y adelanta la caja de pino. Esta droga causa más de 56.000 fallecimientos al año en España y es responsable del 30% de las muertes por cáncer, del 20% de las producidas por males cardiovasculares y del 80% de las causadas por enfermedad pulmonar obstructiva. Cifras y más cifras que las autoridades sanitarias no se cansan de dar, pero que parecen hacer poca mella en los jóvenes, arrastrados por la placentera sensación del cigarro antes de clase, la necesidad de socializar o la aventura de lo prohibido.

Tal vez piensen que tienen tiempo para dejarlo, que nada les pasará mientras tanto, pero los efectos nocivos del tabaco sí se dejan sentir en sus cuerpos. Y no hace falta que pasen demasiados años hasta notarlos. Un 35% de los fumadores jóvenes presenta tos, expectoraciones, fatiga o disnea, y un 5% de ellos padece obstrucción pulmonar. Mucha gente, demasiada. En Vitoria, la edad de inicio en el hábito es de 13,3 años. Y quienes empiezan ya están enganchados en doce meses. De hecho, uno de cada cuatro chavales de entre 16 y 24 años fuma a diario. Y a los 35, uno de cada tres ya carga con una dependencia clínica. Por eso, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) ha decidido dedicar a las nuevas generaciones el Día Mundial sin Tabaco, que se celebra este viernes, con el objetivo de concienciarles de los beneficios de no empezar o de dejar de fumar lo antes posible.

El colectivo instalará mesas informativas en las bibliotecas de varios espacios de la ciudad: el aulario de las Nieves, el centro cívico Hegoalde, el centro cívico de El Pilar, y la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa. Los voluntarios estarán allí de 10.00 a 12.30 horas, cargados de motivos para que los vitorianos, sobre todo los jóvenes pero también el resto de la ciudadanía fumadora, se animen a desengancharse. Junto con la documentación tradicional, la AECC ha decidido también poner en marcha una actividad denominada Test del fumador. Ayer la realizó en el centro de salud de San Martín, hoy la llevará a cabo en la Facultad de Farmacia, de 9.00 a 12.30 horas, y el próximo 5 de junio la desarrollará en el ambulatorio de Zaramaga.

Son pruebas rápidas que dan una idea aproximada de los efectos negativos que el tabaco ha podido ocasionar. Una especie de examen reducido de cuestionarios más específicos que indagan en la historia de consumo, el grado de motivación para dejar de fumar, la dependencia física y psicológica, el estado de ánimo y el posible cambio de actitud al dejar el hábito, y que además incluyen una espirometría (medición de la capacidad pulmonar) y una cooximetría (medición de la cantidad de monóxido de carbono en el aire espirado).

Las nuevas generaciones son el futuro y el objetivo es evitar que llegue empapado de alquitrán. Más aún, en el caso de las chicas. Desde el Servicio de Registros e Información Sanitaria de Euskadi se advirtió recientemente de que si las jóvenes siguen fumando tanto como ahora en unos años se puede producir "una epidemia" de cáncer de pulmón entre las mujeres. De hecho, esta patología es el tumor más frecuente en las féminas del País Vasco y cada vez son más las que fuman. La incidencia de la citada enfermedad se ha triplicado desde 1986 hasta 2006.

La Ley Antitabaco, no obstante, ha reducido el número global de fumadores en el Estado: un millón menos en dos años. Sobre esta normativa hablaron ayer a las 11.00 horas varios expertos, en una charla que se pudo seguir a través de la web de AECC, sin humo y a todo color. Porque la vida no es Casablanca.