Vitoria. El ministro de Industria, José Manual Soria, es ya incapaz de disimular. De poco sirve que insista en que su gobierno "no tiene ningún perjuicio a favor o en contra" del mantenimiento de Garoña si justo a continuación -o por delante- añade que el sistema energético español "no puede permitirse el lujo" de cerrar una de sus fuentes. Lo dijo ayer en un desayuno de Radio Castilla y León Televisión en Burgos, durante el cual se mostró "convencido" de que la central "no va a cerrar" por los "indicios" que tiene.

Teniendo en cuenta que el informe favorable a la continuidad fue posible por los votos de los dos representantes del PP y el de CIU, de que ese estudio lo encargó el Ministerio de Industria y de que será éste quien emita en breve el veredicto final, más que de sospechas debería de hablar de realidades. Eso sí, Soria volvió a matizar que de prorrogarse la vida de la planta sería porque "se cumplen las medidas medioambientales y de seguridad necesarias", en un intento de calmar a toda esa población intranquila y de no dañar demasiado al PP alavés, que continúa opinando que tendría que haberse respetado la decisión de cierre.

Soria reconoció que no se barajan alternativas de reindustrialización en la zona, por lo que cabe pensar que la prórroga de un año en parada fría puede ser sólo el principio de una licencia de operatividad por mucho más tiempo. No obstante, el ministro aseguró que los nuevos impuestos "no van a ser modificados", pese a las quejas del lobby eléctrico, "porque son necesarios".