¿Cuáles son las nociones básicas de esos cursos que imparte a los niños?
En Vitoria aplicamos el mismo modelo que hemos llevado a cabo en Terrassa. En dos sesiones de siete horas en total intentamos transmitir a los alumnos de Primaria, de diez a doce años, unas nociones básicas. En la primera sesión se les enseña el mantenimiento de la bicicleta, conocerla, saber hacer un chequeo rápido para que los neumáticos estén bien hinchados o que los frenos funcionen, saber candarla, comprobar las luces, evitar cordones sueltos, y luego les enseñamos habilidades en el patio, porque los monitores queremos comprobar que tienen la destreza básica. Cuando estamos seguros, al día siguiente vamos a la calle, es la novedad de este curso. Hacemos una sesión teórica de tres cuartos de hora explicando las maniobras que vamos a hacer, con fotos de la zona de prácticas, y luego hacemos un recorrido en grupo de unos siete kilómetros, todos juntos con tres o cuatro monitores. Hemos buscado calles tranquilas con tráfico calmado, pero con tráfico, y hemos encontrados dos zonas muy buenas, el barrio de Ariznabarra y Zaramaga. Con grupos más pequeños hacemos prácticas individuales; deben observar, señalizar, situarse en la calzada, respetar la prioridad, y si la tenemos, asegurarnos de que nos la respetan, no fiarse nunca. Se les entrega un diploma y con esto transmitimos a sus padres que tienen las nociones básicas. La idea es que utilicen la bicicleta para ir al polideportivo con sus amigos, pero que cuando tengan la edad de comprar una moto o un coche no dejen la bici.
La bicicleta puede ser un medio de transporte para un niño o niña de diez años, pero también es un juguete con el que corren, a veces de forma inconsciente. ¿Ha sido difícil enseñarles a usarla desde el punto de vista de la educación vial, al margen de lo lúdico?
Al encontrarse en el tráfico y experimentar el comportarse como un vehículo más, si hacen algo mal lo harán a conciencia, saben evaluar el riesgo que tiene cada cosa. Además, les transmitimos el respeto al peatón.
¿Durante los cursos han detectado que el conductor vitoriano respeta a los ciclistas?
Yo personalmente sí, he circulado muchísimo por la ciudad para descubrir las calles y me he sentido muy cómodo. Alguna vez te pueden pitar, pero en general he visto un gran respeto, sobre todo cuando el conductor ve que sabes lo que haces, si le transmites que no andas por ahí despistado.
¿Con qué centros y con cuántos alumnos han trabajado?
Cuatro centros, Urkide, San Viator, Aranzabela y Armentia, y en total 300 alumnos con doce cursos.
En Aldabe va a hablar del concepto 'Bikeability'. ¿En qué consiste?
El Reino Unido y la metodología Bikeability son el ejemplo a seguir. Está documentado desde el año 47, ya entonces se hacían cursos de circulación segura en bicicleta en las escuelas. En el año 2000 el gobierno inglés decide establecer una metodología única y se le dio un nombre más comercial y atractivo, el Bikeability. Todos los cursos que se imparten en Inglaterra siguen esta metodología, todos los monitores están formados por instructores acreditados, con titulación y experiencia. En España sólo hay dos ciudades, Terrassa el año pasado y ahora Vitoria, a mayor escala, que han lanzado algo parecido. Nosotros hemos adaptados algunas cosas y cogido otras también del método belga; hemos introducido un pequeño examen, en Bélgica le llaman el graduado ciclista, que hacemos en el patio del centro con un circuito de conos. Cronometramos el tiempo que tardan en hacerlo, deben señalizar, mirar atrás, hacer un eslalon, y así se acredita de forma tangible que el alumno puede salir a la calle. También barajamos la posibilidad de hacer un examen práctico en la calle, buscar un circuito real con observadores y evaluar al alumno en varios cruces.
Después de años predicando en el desierto, quienes defienden el uso de la bicicleta deben estar satisfechos con la fiebre institucional en favor de este vehículo.
Hace unos años muy pocos ayuntamientos creían en la bicicleta, ahora muy pocos siguen empecinados en considerar la bicicleta como un elemento puramente deportivo o de ocio. Todo ayuntamiento tiene ya su propio plan de promoción de la bici. Incluso con el tema del casco nos hemos sorprendido de la cantidad de ayuntamientos, también del mismo color político que el gobierno central, que se han posicionado claramente en contra de su obligatoriedad, y también de la medida que se propone de que el ciclista vaya lo más a la derecha posible en la calzada.
¿Usted también está en contra de la obligatoriedad del casco?
Estoy totalmente alineado con la posición de la coordinadora ConBici, que engloba a grupos de toda España, que se ha pronunciado claramente contra la obligatoriedad. Eso no quiere decir que estemos en contra del casco, yo mismo lo uso, pero no tiene fundamento hacerlo obligatorio ni por estadísticas ni datos de siniestralidad. La bicicleta es segura, hay muy pocos accidentes, y esta medida es una losa en las políticas de promoción que están haciendo las ciudades. La DGT se está quedando muy sola en esto, porque todos los que apoyamos la bicicleta y conocemos de qué hablamos estamos totalmente en contra.
¿Cómo valora la propuesta del alcalde Maroto de vetar el tránsito por las calles peatonales del centro a las bicicletas durante la mayor parte del día?
Es un tema común a muchas ciudades, qué hacer con las zonas peatonales. Una minoría irá a toda pastilla y sin respeto, y se crea la sensación generalizada de que los ciclistas pueden causar molestias. ¿Por esa minoría vamos a penalizar a la gran mayoría que se comporta bien? Quizá antes de prohibir se deberían hacer campañas informativas o medidas sancionadoras para las conductas inapropiadas para esas zonas.
¿Cómo valora la política de Vitoria de sacar la bicicleta a la calzada para ralentizar el tráfico?
Sin lugar a dudas ha sido una sorpresa. Llevo casi dos meses aquí impartiendo cursos en las escuelas y me parece un acierto, ejemplo de una política ambiciosa, muchos delegados de toda España que estuvieron hace poco en un congreso se llevaron una sorpresa. No pensábamos que Vitoria estaba tan adelantada en estos aspectos, teníamos como referencias Sevilla, Barcelona, Donostia, Zaragoza... Si hiciésemos un ranking Vitoria sería de las ciudades más avanzadas en cuanto a planificación global del uso de la bicicleta.
Falta convencer al ciclista de que salga a la calzada. Da un poco de miedo.
Es un proceso, no podemos pedir que, de un día para otro, alguien que no ha circulado nunca en bicicleta por la ciudad lo haga perfecto. Ayuda hacer cursos, incluso para gente adulta, que también están programados para esta Semana de la Bicicleta. Son muy útiles, no llegan a tres horas y adquieres las nociones básicas para ir con confianza.