COMO no hay dos sin tres, el Casco Viejo estrenará por fin a finales de este año las terceras escaleras mecánicas diseñadas para facilitar la movilidad por el barrio y la subida a lo alto de la colina. Hasta ahora los vecinos pueden hacerlo sin cansarse demasiado por los cantones de la Soledad y San Francisco Javier; desde finales de noviembre también por las nuevas escaleras mecánicas del Seminario y por el ascensor que comunicará la calle Correría con Fray Zacarías.
La colocación de estos tapices se barajó casi desde un principio como solución a la empinada cuesta que separa a los residentes del Casco Viejo y Coronación del centro de salud. Por diferentes motivos se aparcó su colocación con la reforma del cantón del Seminario en 2006. Y hasta hoy. Ayer, el Ayuntamiento adjudicó el contrato a la empresa Construcciones Amenabar por 1.198.018,11 euros, un 30% menos que el precio de salida, lo que supone un ahorro de medio millón de euros para las arcas municipales. A mediados de junio arrancarán las obras, que durarán cinco meses. Este tercer tramo de escaleras será algo diferente a los anteriores. Habrá tanto rampa de subida como de bajada, pero a cielo descubierto. El Ayuntamiento ha decidido no cubrir la instalación debido a los problemas de vandalismo y suciedad que arrastran las escaleras actuales desde su colocación. La otra novedad es el ascensor que va a unir la calle Correría con Fray Zacarías. ¿Y por qué este tramo? Porque quienes suban por las escaleras de la iglesia de San Pedro podrán montar en el elevador a pocos metros. Las rampas del seminario forman parte del plan de mejora de la accesibilidad en la almendra medieval. Trabajos que este año cuentan con un presupuesto de 700.000 euros que el gabinete de Maroto espera que se puedan financiar en gran parte con los fondos Urban de la Unión Europea a los que Vitoria ha presentado obras por valor de quince millones de euros, con la esperanza de financiar el 50% del coste con las ayudas comunitarias.
El de las rampas es el primer proyecto del Casco Viejo que se materializa tras el cierre hace un año de la Arich, la sociedad que bajo el liderazgo de Gonzalo Arroita gestionaba los proyecto de rehabilitación y modernización del barrio. Avanzadas están también las conversaciones con la comunidad escolar del colegio Ramón Bajo para iniciar la necesaria reforma del centro, para la que hay reservada una partida de 400.000 euros. Al igual que el Gasteiz Antzokia, un centro cultural al que los colectivos euskaltzales dan forma y contenido mientras el Ayuntamiento consigue los permisos urbanísticos necesarios para levantar un espacio adecuado en Montehermoso como sede de la futura casa del euskera.
diseños para el polideportivo Otra de las infraestructuras que los vecinos del barrio esperan con impaciencia es el polideportivo. A falta de un centro cívico en el Casco Viejo, se arreglará y ampliará la actual cancha del Campillo como escenario deportivo. Desechado el anterior proyecto por caro, el Ayuntamiento espera ahora los diseños de tres arquitectos del Colegio alavés para seleccionar la propuesta más viable y que mejor se amolde a los 600.000 euros disponibles. Una vez hecha la elección, el arquitecto dispondrá de mes y medio para desarrollar su propuesta al completo.