La Agenda 21 Escolar, el compendio de las propuestas y el diagnóstico sobre la situación de Gasteiz en materia ambiental que cada año elaboran los centros escolares de la ciudad cobra este año una relevancia especial por varias razones. Por un lado se cumple una década del nacimiento de la iniciativa, y por otro en esta ocasión toca examinar a Vitoria en su año green.
Ayer, más de 150 escolares de treinta centros de la ciudad se dieron cita en Villa Suso para exponer sus propuestas y preguntar directamente al alcalde, Javier Maroto, por su política ambiental. Las chavalas y chavales se lo han trabajado. Han recorrido el Anillo Verde, se han comprometido a no derrochar agua, a respetar a la fauna doméstica y silvestre y a concienciar a sus familias, se posicionan claramente contra el fracking y han elaborado un listado de ideas tan exhaustivo como bien pensado.
La juventud vitoriana pide más limpieza en las riberas de los ríos, más papeleras, que se planten más árboles y que estos sean autóctonos, que se proteja a las especies amenazadas, que se amplíen las líneas del tranvía, que se luche contra vertederos y especies vegetales exóticas, que se generalice el uso del contenedor de basura orgánica o que se promuevan los huertos ecológicos.
Todas estas ideas, más o menos, ya se han planteado de forma genérica con anterioridad, pero ayer hubo lugar para propuestas concretas y ciertamente interesantes. Por ejemplo, la creación de un corredor ecológico entre los Montes de Vitoria y la sierra de Badaia, separados a día de hoy por la N-I y la vía del tren. Otra iniciativa digna de mención son las entrevistas realizadas por los alumnos a los mayores de la ciudad para comprobar de primera mano como ha cambiado la biodiversidad en la ciudad en las últimas décadas.