madrid. El Consejo de Ministros aprobará este mes la reforma educativa sin cambios fundamentales, ya que los elementos esenciales están cerrados, según subrayó ayer la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Precisó que el gabinete no envió ayer el proyecto al Parlamento, como había previsto el Ministerio de Educación, debido a que la propuesta legislativa tenía "unas observaciones" que han de resolverse antes de aprobarse en Consejo de Ministros, lo que podría ocurrir el viernes próximo, según fuentes gubernamentales.
Sáenz de Santamaría afirmó que el hecho de que no se haya aprobado la reforma no significa que sea un éxito de las movilizaciones de anteayer.
"Uno puede decir que es mérito mío; pero no, porque dentro de una semana, cuando se apruebe, no lo será, aunque cada uno puede hacer la lectura que sea", comentó.
Sin embargo, el coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, sí atribuyó la decisión del Gobierno de aplazar la ley a la masiva movilización social que tuvo lugar el jueves.
En rueda de prensa, Lara aseguró que a la movilización y a las manifestaciones de ayer se sumaron incluso "algunos sectores del propio partido del Gobierno" lo que llevó al Ejecutivo a aplazar la aprobación del texto.
Además, el resto de partidos de la oposición valoraron el aplazamiento como una oportunidad para lograr el consenso que hasta el momento el ministro de Educación y su ley no han conseguido.
Así, la diputada de IU y portavoz en la Comisión de Educación del Congreso, Caridad García Álvarez, dijo que el Gobierno se ha dado cuenta de que con esta ley había emprendido un camino que "tenía en contra a todo el mundo" y ha decidido aplazar su aprobación para intentar "resolver alguno de los flecos" que el propio dictamen de Estado le manifiesta.
Por su parte, Nino Torre, secretario general de Juventudes Socialistas de EspañaTorre afirmó que se ha demostrado "una vez más que la unión de los agentes sociales hace más fuerte la lucha contra las injusticias y esta reforma educativa, que segregaba a los alumnos y fomentaba la desigualdad, era inmoral e injusta".
contar con la oposición Al igual que el resto de la oposición, el líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, pidió de nuevo la retirada de la reforma, que "segrega" al alumnado y va "contra" la igualdad de oportunidades. "Wert tiene una nueva oportunidad para empezar de cero, plantear un nuevo texto y contar con los grupos parlamentarios", sintetizó por su parte el portavoz de educación de CiU, Martí Barberà.