vitoria. Por si fueran pocos los problemas que el Ayuntamiento tiene con el Iradier Arena desde su construcción, ahora los vecinos del entorno de la plaza de toros se quejan del ruido que soportan cuando el recinto acoge conciertos hasta altas horas de la madrugada. El problema deriva de la propia estructura del edificio, sin insonorizar, ya que nació como coso taurino, aunque acoja otras actividades y el gobierno siga defendiendo su carácter de multiusos.

Ante estas denuncias -algunas ya han llegado a dependencias municipales- el Ayuntamiento responde que actuará como en cualquier otro lugar de la ciudad. Si la Policía comprueba que los niveles de ruido son superiores a los permitidos, se tomarán medidas. No obstante, la edil de Medio Ambiente pidió ayer moderación y calma recordando que protestas por ruido también se dan cada vez que se programan actividades en la calle a altas horas; por ello, Idoia Garmendia apela a la buena convivencia.

Sin embargo, quienes sufren los ruidos procedentes del Iradier Arena no entienden cómo el Ayuntamiento adopta medidas más duras -multas o cierres- cuando son bares, pubs y restaurantes quienes incumplen la normativa y, en este caso, como se trata de un recinto municipal, no se actúa.

El último concierto celebrado en el pabellón ha sido el festival de reggae del pasado fin de semana al que apenas acudió un centenar de personas. Aun así, el Ayuntamiento sigue inmerso en buscar una fórmula para llenar de contenido el recinto, incluso cobrando precios mínimos por el alquiler.